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Polideportivo | Dopaje

Los gurús del dopaje

Son los nombres propios del escándalo. Druídas sin escrúpulos llegados desde todos los rincones del mundo (Alemania, Estados Unidos, Jamaica, España, Italia, China, Siberia...) para llevar más allá los límites humanos en el deporte y sacar tajada. Estas son sus historias y sus rostros.

Víctor Conte. Cerebro de Balco y padre del THG

Ma Junren. Pócimas mágicas para fondistas chinas

Saltó a la fama cuando en los Mundiales de Atletismo de Stuttgart 2003 las fondistas chinas coparon los podios. Luego hicieron récords estratosféricos. Algunos continúan vigentes. Ma dijo a este periódico, en San Sebastián, que el éxito de sus chicas se basaba "en estudiar la carrera del avestruz y en beber sangre de tortuga". Y comercializó una pócima milagrosa que pretendió vender por un millón de dólares. Estableció entre sus atletas una disciplina militar: pelo corto, renuncia a sus ingresos (en beneficio de Ma, claro) y promesa de castidad. Se le sublevaron. Él sufrió poco después un raro accidente de automóvil y casi muere. Su pócima no dopaba, pero la complementaba con anabolizantes indetectables. Ninguna de sus chicas dio positivo.

Remi Korchemny. Emigró de la URSS a EEUU

Remi Korchemny fue el entrenador que llevó a Valeriy Borzov al triunfo en los 100 y 200 metros en los Juegos de Múnich 1972 y contribuyó decisivamente al sistema de dopaje de la Unión Soviética. Criado en Siberia, cuando la URSS se desmoronó, se buscó la vida al otro lado del Telón de Acero. Nada mejor que Estados Unidos, paraíso de los anabolizantes.

Se puso en contacto con Víctor Conte, formó parte de la trama de Balco y preparó a la estadounidense Kelli White y al británico Dwain Chambers. Éste, ex plusmarquista europeo de 100 con 9.87, tiene el dudoso honor de ser el primer deportista en haber dado positivo con el anabolizante THG, una vez que dejó de ser invisible. White, doble campeona mundial de 100 y 200 (títulos de los que fue desposeída) se disculpó ante el positivo con estimulantes diciendo que tenía la Enfermedad del Sueño. Luego reconoció su mentira. Korchemny se libró de ir a la cárcel declarándose culpable.

Eufemiano Fuentes. El mago del pelotón

Su detención en la Operación Puerto reveló un secreto a voces. Eufemiano Fuentes, asociado con el hematólogo José Luis Merino Batres, prepara a un centenar de ciclistas y una treintena de atletas, con una tarifa por objetivo que puede alcanzar los 60.000 euros. El canario se inició en la Federación Española de Atletismo y allí tuvo su primera polémica en 1988: su ahora mujer, Cristina Pérez, dio positivo. Se pasó al ciclismo, donde se ha convertido en el médico más cotizado.

T. Graham. Entreno a Marion Jones y a Montgomery

Llevó a Marion Jones y a Tim Montgomery a lo más alto de la velocidad, en presunto contubernio con Víctor Conte y con el resto de la trama del caso Balco. Cuando Little Marion y el padre de su hijo le dijeron adiós por motivos económicos, apareció en la USADA (Agencia Estadounidense Antidopaje) una jeringuilla con restos de una sustancia que resultó ser THG, el anabolizante llamado El Limpio. Graham la envió. Tim está descalificado y Marion bajo sospecha. Ahora prepara a Justin Gatlin.

Víctor Conte. Cerebro de Balco y padre del THG

En 1994 Víctor Conte aterriza en el atletismo de la mano de Remy Korchemny, por aquel entonces técnico de la Universidad de Stanford. Conte desarrolló el programa BALCO (Bay Area Laboratory Co-operative) suministrando productos (ZMA) a la gente de Korchemny (Tim Montgomery y los gemelos Alvin y Calvin Harrison). Tim puso en contacto a Conte con Trevor Graham, técnico de Carolina del Norte, que llevaba a Marion Jones y C. J. Hunter. y ambos comenzaron a trabajar juntos preparando los Juegos de Sydney. Víctor utilizaba una identidad falsa (Vince Reed) para expender los productos ilegales que enviaba a sus atletas. Hunter reveló que recibía envíos con la marca (EGO). "E era la EPO, G era la hormona de crecimiento y la O nunca supe qué era". Conte convirtió a Jones en la reina de Sydney, pero Hunter dio positivo por esteroides. El lanzador reveló que la organización le sugirió fingir una lesión para evitar el escándalo, pero el Sydney Daily Telegraph destapó el positivo. Conte dejó a Hunter y se centró en Montgomery rodeándose del técnico Charlie Francis (ex de Ben Johnson) y Milos Sarcev, entrenador de musculación en California. Recetaron al velocista un cóctel (hormonas de crecimiento, insulina, EPO y adrenalina) y ganó 12 kilos en ocho semanas. Destrozó sus registros y firmó por el ZMA Track Club de Conte, que desarrolló el THG, anabolizante indetectable que se pudo localizar cuando el despechado Graham entregó una jeringuilla de Montgomery. Conte fue juzgado por ello y condenado a cuatro meses de cárcel.

Manfred Ewald. Dopaje masivo en la RDA

Manfred Ewald fue el creador del más sofisticado sistema de dopaje del mundo: el que desarrolló la República Democrática Alemana para promocionar su imagen política en la Guerra Fría. Fue absolutamente perfeccionado en todos los deportes, con mención especial para el atletismo y la natación. Una potencia de 17 millones de habitantes fue capaz de derrotar sistemáticamente a Estados Unidos, que tenía más de 200. El sistema se basaba en una campaña de detección de valores deportivos modélica y el dopaje masivo desde los 13 años. La RDA coleccionó centenares de medallas olímpicas, pero también un buen número de muertos. Ewald fue encarcelado, pero no pasó mucho tiempo en prisión. Ha muerto recientemente, a los 76 años.

Bob Kersee. Técnico de Griffith

El estadounidense Bob Kersee lideró en los años ochenta al mejor grupo de entrenamiento del mundo: su esposa Jackie Joyner (en la imagen, junto a él), su cuñada Florence Griffith, Al Joyner (el marido de ésta), Valery Brisco-Hooks... Florence murió ya retirada, mientras dormía. Se dijo que fue por culpa de una enfermedad congénita, pero sobre Fast Flo siempre se cernió la sombra del dopaje. Ahora Kersee está en un segundo plano, aunque sus ex atletas aún tienen tres récords mundiales: Griffith en 100 y 200 y Jackie Joyner en heptatlón. Récords con casi 20 años de antigüedad... y los que les quedan.

Presunto dominador de los anabolizantes, dopaje casi indetectable en aquellos tiempos, Kersee fue requerido por Marion Jones para que la entrenase en salto de longitud cara a este 2006. Bob presume de haberla rechazado.

Charlie Francis. Dopó a Ben Johnson y preparó a Mariion y Montgomery

Apodado Francis el Químico, de la nada creó al también canadiense Ben Johnson, doble plusmarquista mundial de 100 metros: 9.83 en el Mundial de Roma 1987 y 9.79 en los Juegos de Seúl 1988. Los dos registros fueron anulados después por ingesta masiva y continuada de anabolizantes. El compinche médico de Francis era Jamie Astaphan, siniestro personaje que vivía en una isla casi desierta, como la del doctor Moreau.

Fue inhabilitado de por vida en Canadá por la Comisión Dubin (nombre del juez que limpió el atletismo canadiense en 1989), pero El Químico se mudó a Estados Unidos, donde podía actuar impunemente. Sus últimos clientes conocidos, entre los más ilustres, fueron Tim Montgomery y Marion Jones (sus nombres son recurrentes, por cierto). Se prepararon con él en secreto después de reñir con Trevor Graham, pero al conocerse el acuerdo, le abandonaron.

Michele Ferrari. Los años 90 y Armstrong

"La EPO no es peligrosa si no se abusa de ella. También sería peligroso beber diez litros de zumo de naranja". Ésta es la frase más famosa del italiano Michele Ferrari, el gurú del ciclismo (principalmente) en los años 90. La mayoría de los mejores corredores de la década pasaron por sus milagrosas manos: Chiappucci, Tonkov, Rominger, Olano, Gotti, Escartín, Cipollini, Ugrumov... En 1999 fue imputado por el fiscal de Bolonia, Giovanni Spinosa, por fraude deportivo. Dos años después, The Sunday Times anunció: "Ferrari es el médico de Lance Armstrong". El texano lo admitió y desde entonces defendió siempre la inocencia de su preparador. Incluso cuando Michele fue condenado a un año de cárcel en octubre de 2004.