Nuevo look para olvidar al 'Niño'

El titular podría ser un anuncio por palabras: "Estrella del golf mundial promete volver a su estado habitual si gana un torneo que empieza el próximo jueves en Augusta". Lo firmaría Sergio García, el golfista de Castellón que en su día desafió a la precocidad en el deporte, para acabar convirtiéndose en un icono social para los yanquis, por mucho que aún no haya ganado un Grande. ¿Y lo del estado habitual? Es su perilla, su melena tan sútilmente tocada, incluso esas mechas que le dan un aire JASP.

Sergio tuvo el invierno para idear su nuevo look mientras trataba de encontrar el buen rumbo al putter, su asignatura pendiente que va camino de aprobar. Quiso cambiar su envoltorio, entre el ardiente deseo de que le dejen de llamar 'Niño' y las apuestas infantiles con Adam Scott y Tim Clark, dos de sus grandes amigos. Y así le luce el pelo a Sergio, que a sus 26 años descuenta los días para vestirse la chaqueta verde. A su edad, Woods ya tenía dos en su armario. ¿Qué pecado cometió Sergio, de niño, para que le compararan con Tiger? Ahí estriba su maldición, si a ser el sexto jugador mundial se le puede llamar maldición...

Pero ni perillas y melenas, ni máquinas de musculación. Para ser el rey de Augusta, como lo fue Olazábal en 1994 y 1999, hay que tener las manos de Seve, la garra del vasco, el arte de Jiménez y su propio talento. Faltan seis días, tiempo suficiente para encontrar explicaciones al fiasco de las rondas finales (Sergio es un clásico en domingos negros). Incluso para aplicarse un rasurado.