"Estamos despiertos y listos como zorros"

EL Movistar sigue tragando millas y reduciendo distancias en esta segunda etapa, a pesar de que a última hora de ayer sufrió una avería. Sigue por detrás de los holandeses, el ABM Amro 1 y el ABM Amro 2, pero en las últimas 24 horas recortó 99 millas al 2 y 154 al 1. Por algo, el Movistar fue el barco más rápido, navegó a más de 20 nudos, y a falta de 500 millas para la segunda meta volante de la Isla de Eclipse, se encuentra a 92 millas del líder.

Esta remontada del barco español está salpicada de esfuerzo y de anécdotas. Para recortar distancias se han incrementado los turnos de las guardias de cuatro a seis tripulantes y se ha navegado más al sur que el resto de embarcaciones para conseguir más presión de viento y por lo tanto más velocidad.

"El Movistar está saltando y rebotando contra las olas y hay un montón de agua sobre la cubierta. Hay que estar bien sujeto; si no, te lleva el agua o te golpeas contra las cosas. Como Xabi Fernández, que se dio contra la barra protectora de la rueda, pero tuvo suerte y sólo sufre magulladuras. Los inversores deberían echar un vistazo a este deporte, sería la atracción más salvaje en un parque temático. ¿Quién dijo que navegar era aburrido?", nos cuenta el capitán Bouwe Bekking sobre lo que ocurre a bordo del Movistar mientras navegan por el Índico.

Otro día se rompió el spinnaker (spi), es decir 300 metros cuadrados de tela que intentaban salir volando y que los tripulantes sujetaban a costa de sus vidas. La tela ocupaba todo el barco, pero Peter Dorien y Noel Drenann la cosieron con precisión y la pegaron, la dejaron como nueva.

Además de la rotura del spi, el Movistar se ha quedado sin cubo de basura. Todo porque Noel Drennan, al que llaman Nitro, echó los restos de la cena en el cubo y cuando fue a tirarlos por la borda, perdió el control y se le cayó al agua. No contento con eso, empapó dos encendedores. Sus compañeros custodian el último porque si no, no podrán comer ni beber caliente en lo que queda de etapa.

Para dar caza a los dos holandeses, el patrón Bekking y el navegante Andrew Cape no paran de hacer cuentas. "Andrew se pasa las horas en la estación de navegación estudiando todas las decisiones. Pronto habrá que virar hacia el norte, directos a Australia, porque la dirección del viento podría cambiar y navegaríamos más lentos. Las computadoras ayudan a tomar estas decisiones", explica Bekking. Los percances en otros barcos como el Piratas del Caribe o el Brasil 1, del español Chuny Bermúdez, han puesto sobre aviso al Movistar, que revisa todos los días los puntos susceptibles de avería. "Estamos despiertos y listos como zorros comprobando que el estado del barco es correcto", dice el patrón.

A partir de ahora comienza una verdadera lucha táctica porque se han acabado los mares turbulentos y los fuertes vientos.

Contratiempo de última hora

A última hora el Movistar sufrió una avería en un brazo hidráulico. El barco está en perfecto estado pero el equipo de tierra está alerta por si hubiera que repararlo.