El VO 70 Movistar español tuvo ayer que abandonar la primera etapa de la Volvo Ocean Race que partió el sábado de Vigo cuando apenas se llevaban veinte horas de recorrido. Vientos fuertes del norte de 40 a 50 nudos (72 a 90 km/h) y olas de cuatro metros y medio convirtieron el descenso hacia las Canarias, pasando las Azores, en una verdadera pesadilla.

El barco que patronea el holandés Bowe Bekking sufrió durante la madrugada de sábado al domingo el deslaminado de una de las cuadernas donde se apoyan las fijaciones de los sistemas hidráulicos de la quilla basculante. El patrón del velero español, en comunicación por radio, señaló que esa avería, "se produjo al impactar contra una ola y podría comprometer la seguridad". Por lo tanto, puso rumbo a Cádiz, donde llegará durante la tarde de hoy.

En el puerto gaditano los técnicos decidirán si la avería se repara allí mismo y sigue en competición o bien se envía el barco en un mercante a Ciudad del Cabo (lo más probable), donde acaba esta primera etapa de la Vuelta al Mundo. El Movistar no es el único barco que ha sufrido averías de consideración. El sueco Ericsson de Neil McDonald tuvo que arriar sus velas tras romper la botavara, mientras que el estadounidense Piratas del Caribe de Paul Cayard anunció que tenía un problema no estructural en la quilla que le aconsejaba abandonar la etapa y dirigirse al puerto portugués de Cascais. También el holandés ABN Amro 1 y el Sunenergy sufrieron la violencia de la climatología en sus barcos.

La prueba, a última hora de la tarde de ayer, estaba encabezada por el otro barco holandés, el ABN Amro 2, del francés Sebastián Josse, seguido del su gemelo el ABN Amro 1 del neozelandés Mike Sanderson.