Golf | NEC Invitational
El sorprendente Perry se zafó del miedo a Woods
Sergio y Olazábal, juego irregular pero bien clasificados.
Después de completar la tercera jornada en la mañana dominical debido a las lluvias del sábado, Tiger Woods, Sergio García y José María Olazábal salieron al emblemático recorrido del NEC Invitational, el Firestone Country Club, de nuevo a media tarde para disputarse el trofeo y el premio de 1,3 millón de dólares en una última jornada apasionante. Pero el trío realizó unos primeros hoyos bastante irregulares y dejó la clasificación muy abierta para la segunda manga, los nueve hoyos finales.
Varios candidatos.
El abanico de posibles vencedores finales se multiplicó al no existir la habitual superioridad del extraterrestre Tiger, que volvió a mostrar los mismos síntomas de desesperación con su juego que vimos en el pasado US PGA, ni la magia del castellonense. Tiger comenzó con un birdie rápido que parecía marcarle el camino hacia otra última jornada plácida y triunfal. Nada más lejos de la realidad: el Tigre empezó a sufrir con los putts, fallando tres en apenas seis hoyos, y no encontraba más respuesta que lamerse las heridas. Mientras tanto, surgían los habituales secundarios que amenazaban al líder. A mitad de recorrido se acumulaban en lo alto de la tabla clasificatoria otros dos americanos, Kenny Perry y Chris DiMarco, y dos británicos, Paul McGinley y Luke Donald. Todos se movían en sólo tres golpes de diferencia junto con Tiger, Sergio y Olazábal. El castellonense, algo más centrado que Woods, se mantenía un golpe por encima del par del campo a mitad de recorrido, mientras que Txema intentaba forzar un birdie que le metiese entre los cinco primeros.
Al cierre de esta edición el pobre juego de Tiger, con +2 en los ocho primeros hoyos, le había llevado a perder el liderato. Su plaza la había ocupado Kenny Perry, que se mostró sólido tanto con los drives como con el putt y lideraba el NEC en solitario. Aunque la lista de candidatos al título estaba más abierta a falta de nueve hoyos que al inicio del día. En esta ocasión el miedo escénico que infunde normalmente Tiger no había funcionado.