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Vela | Copa América

Lissavetzky víctima de las lanchas de seguridad

Su barco tuvo que ser custodiado por la Guardia Civil.

Actualizado a
<b>TRATO LAMENTABLE. </b>El secretario de Estado para el deporte, Jaime Lissavetzky, no pudo acabar felizmente su visita a los campos de regatas .
nico martinez / abc

A dos años del comienzo de la fase final de la XXXII Copa América, que se iniciará el 18 de abril 2007 con la disputa de la Louis Vuitton Cup, ya empiezan los problemas entre los responsables de la seguridad de los campos de regatas y las embarcaciones de seguimiento en las regatas previas de la competición.

Lamentable.

El pasado viernes se produjo un lamentable incidente que, sea como sea, no debe volverse a producir.

No se trata ya de que los perjudicados fuesen dirigentes de la talla del secretario de Estado para el deporte, Jaime Lissavetzky; el presidente del Comité Olímpico Español, José María Echevarr la doble medallista olímpica española Theresa Zabell o altos directivos de la empresa Adecco, uno de los patrocinadores de la Copa América y que había alquilado el Moro de Venecia, un barco propiedad de la America's Cup Management (ACM) empresa organizadora del evento, sino de la forma como se produjeron los hechos.

En plena competición fueron obligados a alejarse del campo de regatas después de que los barcos de seguridad del campo de regatas le advirtiesen de que estaban en la zona restringida a determinadas embarcaciones.

Anteriormente el capitán del barco había consultado con los de la organización si su posición era correcta y la respuesta fue afirmativa. De repente, otra lancha de la misma organización les increpó para abandonar la zona pero al negarse avisó a la lancha de la Guardia Civil.

Los miembros de la Benemérita pidieron la documentación del barco al capitán del Moro de Venecia y no la llevaba. Automáticamente, los trasladaron hasta tierra. Fue una situación absurda provocada por la descoordinación entre los barcos de seguridad de ACM que, desde la primera jornada, se están extralimitando en algunas actuaciones en los campos de regatas y esa fue una de ellas.

Medidas muy estrictas

La presencia de embarcaciones de fotógrafos, prensa, patrocinadores, invitados, aficionados y todo lo que uno pueda imaginarse en el seguimiento de las regatas de la Copa América ha sido desde siempre un problema. En las dos últimas ediciones del evento, disputadas en Nueva Zelanda (2000 y 2003), la seguridad de los campos de regatas fue asumida por las lanchas de la policía marina de la ciudad de Auckland, tremendamente estricta pero conocedora de las situaciones problemáticas. Aquí, las lanchas de seguridad de ACM aún no están a la altura del evento.

Herrera "La seguridad es para todos"

El Moro de Venecia no es un barco VIP y sólo puede estar en una zona determinada. Las normas son estrictas incluso con nuestros barcos. Sabíamos qué invitados iban en ese velero y para nosotros el sentido de la responsabilidad en el agua es mayor que cualquier persona. Nuestras lanchas de seguridad sólo tienen poder disuasorio y no pueden sacar a nadie del agua. Esa fue una decisión de la Guardia Civil que intervino al ser requerida por nosotros".

Zabell "Nos sentimos delincuentes"

Teniamos la sensación de ser delincuentes. El capitán de la embarcación preguntó a un barco de la organización si estabámos bien a su lado en la zona donde íbamos a seguir la regata y la respuesta fue afirmativa. La lancha de seguridad vino inmediatamente para que nos retiráramos. No molestábamos y, además, estabámos más lejos que el día anterior. Aunque hubierámos molestado, fue intolerable las formas en que se nos dijeron las cosas y las amenazas que recibimos".