El gran mago de la preparación ciclista
El doctor Michele Ferrari (52 años) ha sido, y sigue siendo, el gran mago de la preparación ciclista, un innovador que en los años noventa empezó a combinar con gran éxito la química y los entrenamientos. Al reclamo de los sorprendentes resultados numerosas figuras se han apuntado a la Escudería Ferrari: Rominger, Berzin, Cipollini, Chiappucci, Riis, Ugrumov, Olano, Escartín, Gotti, Tonkov... Y también Lance Armstrong. Todos ellos, y alguno más, aumentaron sensiblemente sus prestaciones gracias a sus métodos.
Ferrari fue el más aventajado discípulo de Francesco Conconi, médico que revolucionó el ciclismo cuando Moser (1984) mejoró en casi dos kilómetros el récord de la hora que estableció Eddy Merckx en 1972. Conconi también sufrió un proceso por fraude deportivo, pero a diferencia de Ferrari, salió absuelto (noviembre de 2003).
Sus frases.
Ferrari fue mucho más allá en todo, incluso en su manera de enfocar el asunto públicamente. Antes de que se instalara el control sanguíneo para limitar el porcentaje de hematocritos, Ferrari llegó a decir cosas como: Sólo es doping lo que se detecta en los controles. O también: Si se controla bien su aplicación, la EPO no es perjudicial.
En el verano de 1998 la policía italiana registró la consulta de Ferrari y fotocopiaron las fichas de los corredores a los que preparaba. Parte de ellas, las que se referían a aquel gran equipo Gewiss, fueron publicadas por LEquipe. En esas fichas se detallaba el nivel de hematocrito de cada ciclista antes de empezar la temporada y en plena campaña. De 42,3% de hematocritos a 60%, eran los datos de Ugrumov; de 41,7% a 56,3 los de Riis; de 40;7% a 57%, los de Gotti... Todos variaban en más de un 10%