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Golf | Copa Ryder

Woods: "No me gusta nada jugar para perder"

Tiger, desolado después de esta nueva debacle

<b>DESOLACIÓN. </b>Woods no se lo explica y su capitán, Hal Sutton (detrás), menos aún.

Si Sergio es la cara amable, la de Tiger Woods es la amargura, la desolación por no saber qué pasa con su swing ni con esos putts que no se salían nunca del hoyo. Woods lleva más de dos años sin ganar un Grande, dejó a su entrenador Butch Harmon y desde que lo hizo no ha vuelto a ser el mismo.

En esta Ryder, sólo dos puntos sobre los cinco que disputó. No me gusta nada jugar para perder, perder, perder..., repitió en varias ocasiones. Woods tiene la palabra derrota metida en la cabeza. Se siente el mismo indio, pero la flecha no alcanza el objetivo. No hice bien el trabajo en ningún partido, admitió. Teníamos que haber sabido detener la cascada de victorias europeas en los dobles. Hubiéramos podido remontar de habernos puesto por delante en los cinco primeros partidos del domingo, pero Europa fue demasiado fuerte.

Hablando de golf, que es de eso al fin y al cabo de lo que Woods sabe un rato, se podría decir que ha dejado escapar ese feeling, esas manitas de hierro para las salidas y de seda para los golpes cercanos a green. El domingo falló sus siete primeras calles. Cada vez toca más el rough, alejándose irremisiblemente de los birdies. Las salidas son, pues, su gran laguna. Ocupa la 40ª posición en calles cogidas, lo que le limita mucho en sus aspiraciones de birdie. Es el jugador número 171 del circuito norteamericano en precisión con el driver. Con estas cifras es imposible mantener el nivel de cinco o seis triunfos que ha sabido cosechar en los últimos años. Eso sí, en cuanto se le presenta la oportunidad... a restar. Al número dos del mundo le queda un largo trayecto para volver a ser el que fue: sólo le salvaría un triunfo en el Masters 2005.

EE UU abre el debate del capitán

Mientras en el Viejo Continente hay unanimidad sobre la labor de Langer, en EE UU han tardado sólo un día en abrir el debate sobre quien será el capitán del equipo en 2006. Los propios jugadores han disculpado a Sutton, pero se alzan las críticas sobre su nula capacidad para unir a su grupo de estrellas. Sólo un valiente se hará cargo del equipo americano en Irlanda. Tal vez Mark O'Meara, amigo íntimo de Tiger, y quien mejor puede reconducir al jugador herido.