Eurocopa 2004 | Selección

Vicente reavivó a los titulares

El valencianista dirigió el triunfo sobre los suplentes (3-0) en un ensayo serio

Tomás Guasch

Está como un cañón. Pregúntenle a Gabri, que lo sufrió durante los tres tiempos de quince minutos que duró el partidillo de ayer en Braga. Último entrenamiento serio de España antes de enfrentar a Rusia. El estadio 1 de Mayo debería llamarse estadio Vicente Rodríguez, el hombre que condujo al equipo titular hacia una clara victoria por 3-0 sobre los suplentes. Se acabaron los debates. Lo que funciona no se toca. Los suplentes asumen su rol, además. Incluso un grande como El Niño Torres acepta que empiece Morientes. Más adelante, ya veremos. Pero hoy, esto es lo que hay. Y no parece poco.

Baraja abrió el marcador con un chutazo que dio en el larguero, en Cañizares y se coló. Al minuto, golazo de Morientes. Y luego, estupendo tanto de Raúl. Vuelve la pólvora al rescate en el momento más oportuno. Aunque redondo, lo que se dice redondo, no lo tenemos. El día de Andorra faltó Vicente y ayer, Albelda. Los once elegidos nunca juegan juntos. Por Albelda entró Aranzubía, que le metió un pase de gol a Torres digno de Zidane. La salida del excelente Casillas evitó al tanto, la cosa estaba 0-0 y era el peor momento de juego de los titulares.

La defensa, que sigue dejando dudas, ofreció esta vez mejor cara. Puyol es Supermán. Helguera no es Ayala, pero Marchena no se queja, de momento. Helguera, ya se sabe, gusta de salir de la cueva y eso, el argentino, pocas veces. Raúl Bravo estuvo mejor que otras veces. Baraja anduvo al tanto con lo que se cocía atrás. El espeso Valerón les obligó menos. A Morientes le das una y te mete media. Normalísimo que Camacho quiera retenerlo en el Madrid. Raúl fue de menos a más. Marcó, se movió bien. Es un Raúl al alza y eso es mucho.

La cara y la cruz está en los extremos. Vicente se sale. Empezó en el Levante, juega en el Valencia, eso imprime carácter ganador a estas alturas. Etxeberria está más flojo, pero tampoco Joaquín rompe.

Albelda y el cagómetro

Albelda no jugó el partidillo. Una sobrecarga muscular en el cuádriceps de la pierna derecha aconsejó que descansara. "Si el partido hubiera sido hoy (ayer), habría jugado", manifestó el doctor Borrás. Sintió molestias el martes por la noche, tras una intensa sesión de trabajo. Los doctores creen que además del cansancio propio del esfuerzo, empieza a aparecer entre los jugadores el síndrome del debut: los nervios agarrotan más que de costumbre y aparecen este tipo de problemas musculares. "Y no solo en Albelda", precisó el doctor. Como diría Gatti, es el cagómetro que viene.

Lo más visto

Más noticias