Es un chico bueno
No es un chico violento, ni duro, ni mala gente. José Luis Acciari sólo trata de hacer el trabajo que le encomiendan sus técnicos lo mejor posible y si su labor es la de amilanar al cerebro rival, que a nadie le quepa la menor duda que lo intentará, aunque a veces se pueda pensar que sus formas son poco ortodoxas. Es posible que en el terreno de juego pueda parecer duro, pero lo que intenta es que el rival, por muy estrella que sea, no se le suba a las barbas. Marca su territorio y lo cuida como mejor sabe, pero si alguna vez tuvo problemas con alguien, sobre el césped, antes de que termine el choque, todo está arreglado. Se ha visto las caras con Valerón, Baraja, Ronaldinho, Zidane y Beckham, entre otros, y a pesar de que pudo con casi todos, según en qué partidos, sólo al inglés, y de forma totalmente fortuita, le pasó una pequeña factura.
Aparte de militar en un grande, uno de los alicientes de José Luis en Europa era medirse a un poderoso como el Real Madrid, más aún si el choque es televisado y pueden seguirle de cerca equipos que impidiesen su vuelta a Segunda. Salvando las diferencias, Acciari, hombre ascenso y uno de los pocos que se escapa de la quema esta campaña, es un Makelele en potencia ya que, cogida la confianza, es capaz de anular al cerebro rival, aunque para ello tire de las artimañas del fútbol suramericano.