Loeb triunfa con una nueva técnica al volante

Cualquier piloto de la vieja guardia se habría echado las manos a la cabeza con incredulidad si le hubieran contado, hace tan sólo un par de años, que el primer no nórdico en ganar el Rally de Suecia lo iba a hacer sin apenas derrapar con su coche. Y el caso es que así ha acabado con esa leyenda Sebastien Loeb.

El francés encabeza una nueva generación con un estilo de conducción muy diferente, más cercano al de los circuitos que al de los rallys. El principio es simple. Se frena más tarde, se acelera antes y se intenta que el coche esté el menor tiempo posible de costado, derrapando. Se acabó la espectacularidad en beneficio de la eficacia.

Cuando llegaron los vehículos con tracción total al Mundial de rallys, los pilotos que comenzaron a conducirlos procedían de la escuela de los coches de tracción trasera, cuya conducción exigía estar mucho tiempo de lado al afrontar las curvas. Por tanto, no supuso un cambio radical en la disciplina.

Pero con la introducción de las ayudas electrónicas a la conducción (como son los diferenciales activos, controles de tracción, barras estabilizadoras inteligentes o cambios semiautomáticos), una nueva generación con Loeb, el campeón Petter Solberg y Markko Martin ha jubilado a la anterior... exceptuando a Carlos Sainz.

Colin McRae (hasta que se confirme su fichaje por Peugeot), Tommi Makinen o Didier Auriol se han quedado en casa ante el empuje de los jóvenes. Sólo el español y Marcus Gronholm aguantan su tirón. Y buena parte de culpa la podría tener ese nuevo estilo de conducción sin derrapes. Pero no se asusten; Sainz aseguró tras Suecia que por fin ha conseguido la comodidad absoluta en la conducción de su Xsara, y eso debe significar éxitos... a pesar de que su trabajo está siendo bien aprovechado por Loeb, que se escapa en la tabla tras ganar las dos primeras pruebas del año.

Ford abandona en España

Ford España hará hoy público que deja la competición en los certámenes de nuestro país. Tras una brillante trayectoria, en la que no han faltado los títulos nacionales de asfalto y tierra de Carlos Sainz y Txus Jaio, o la importante promoción de jóvenes pilotos llevada a cabo con la Fórmula Ford de monoplazas o el Reto Ka en rallys, la firma del óvalo se va. Y eso a pesar de que ahora son propietarios de un Focus WRC con el que podrían aumentar su palmarés en tierra y que tenían en marcha un programa para atacar el asfalto con el nuevo Fiesta Súper 1.600. Pero los ajustes presupuestarios mandan.