El Ghandour, asesor arbitral
Entramos en la semana decisiva de la Copa de África 2004. Mañana se juegan las semifinales (Túnez-Nigeria y Marruecos-Mali) que definirán las selecciones que se lo jugarán todo el sábado para suceder a Camerún, destronada en cuartos por Nigeria, su máximo rival del África Negra y que se la tenía jurada desde que perdió aquella final de 2000 en Lagos. Pero no sólo se dilucidan cosas en el campo, sino también en los despachos y por la credibilidad del propio fútbol africano. Si este torneo pasará a la historia será por las polémicas arbitrales con tratamiento distinto a los teóricos grandes, especialmente a la anfitriona Túnez y, en menor medida, a Nigeria. Tanta controversia se ha organizado que la CAF (Confederación Africana de Fútbol) ha tenido que dar un tirón de orejas a los trencillas y les ha pedido una mayor concentración.
Lo peor es que ha puesto de instructor y asesor al egipcio El Ghandour, famoso por el España-Corea del Sur del último Mundial, y al que tildan de "experimentado en competiciones internacionales". Con el K.O. de los finalistas de 2002 (Camerún y Senegal) el torneo está más abierto que nunca. Analizando a los semifinalistas habría que definir a Marruecos como la mejor defensa (sólo dos goles encajados); a Mali, como el de mejor juego; a Nigeria, como el equipo de las individualidades, y a Túnez, como un buen bloque con ayuditas árbitrales.