Loeb hace historia y Sainz llega de milagro

Ha acabado con más de medio siglo de historia. Al igual que hiciera en 1990 Sainz en Finlandia, su compañero de equipo, Loeb, ha roto con la leyenda de los imbatidos nórdicos en el Rally de Suecia, la prueba invernal por excelencia. Y se ha escapado en el Mundial en el que sus participaciones se cuentan por victorias.

Carlos podría haberle disputado la hazaña a Loeb de no ser por los mil y un problemas que le acosaron. Ayer, cuando ya tenía la cuarta plaza a tiro, se rompió un pistón de su motor, que le tuvo en vilo hasta el podio de Karlstad, al que casi ni llega. Por lo menos ha inaugurado su casillero este año, y sale con el orgullo del deber cumplido, porque mientras no había problemas ganaba tramos. Y con una parcelita de la gloria, porque él ha puesto a punto el coche para este rally. Y esto no debe restar méritos a Loeb. Lo sorprendente es que por primera vez ha ganado un piloto que casi ni ha derrapado en los 400 kilómetros de tramos. Al verle pasar parecía que iba más despacio que el resto, y sin embargo ha sido el más rápido. Está instaurando un nuevo estilo de conducción, menos espectacular, pero más efectivo. Ahora viene México, terreno nuevo... Y ahí Sainz suele ser siempre el mejor. Confíen en él.