Motor | Telefónica-Dakar 2004

Gas a fondo junto a Michele Mouton

AS vivió la ocasión única de recorrer en coche y a tope los 734 km de la etapa

Ayer fue el día del 18º aniversario de la muerte de Thierry Sabine, creador de esta prueba que tanto engancha a los que la desafían, y una jornada inolvidable para mí, que pude completar los 734 kilómetros de la etapa subido en el coche de Michele Mouton. La subcampeona del mundo de rallys de 1982 (Audi Quattro) voló por el suelo africano con un Nissan Patrol de prensa, para hacer en 8 horas y 17 minutos una ruta que se esperaba fuera mucho más larga.

Con su marido Fredrik a su derecha de copiloto, y en los asientos traseros el compañero Roberto Palomar y un servidor, la francesa emprendió desde Bamako rumbo a Ayoun El Atrous a las 06:22. "He cogido botellas de agua y raciones de comida suficiente. Vámonos", dijo en un perfecto español. Los primeros 200 kilómetros transcurrieron por asfalto y, a 160 km/h de media, la ex piloto de 52 años adelantaba a cuantos coches y camiones de asistencia se iba encontrando.

Los siguientes 150 kilómetros fueron por pista de tierra, con inmensas nubes de polvo que dificultaban los adelantamientos. Daba igual, Mouton, con audacia, se deshacía de ellos a una media de 120 km/h. "No vamos en carrera. Si queréis paramos a hacer fotos, aunque ahora lo mejor es gas para salir de esta pista", nos decía. "¡Gas, mucho gas!", contestamos.

Al acabarse la pista, la francesa efectuó una parada técnica y advertía de lo que esperaba: "Vienen 100 kilómetros de arena de subidas y bajadas. Os divertiréis". Vaya si lo hicimos, pero ella también: "Es el día que más estoy corriendo. Los pasajeros se quejan de los baches y tengo que ir más despacio". Baches hubo y las cabezas chocaron alguna vez con las barras antivuelco. No importaba, el espectáculo valía la pena. Con la tracción a las cuatro ruedas activada, ella cruzaba el coche como en la PlayStation y aún tenía tiempo para gastar bromas: "Una rubia y una morena se tiran desde la Torre Eiffel. ¿Quién llega antes al suelo? La morena, porque la rubia se pierde por el camino".

La siguiente parada fue en el CP2 y allí estaban los moteros aprovechando para repostar. De allí, directos a la meta por un camino distinto al de la carrera, con la que sólo coincidimos al principio y al final (15:05). No faltó el susto mecánico y el pique con el dorsal 546, al que repasó dos veces. Si hubiera clasificación de etapa para asistencias, ella habría ganado.

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