De la pobreza al terrorismo

El jueves me preguntó De la Morena, en El Larguero, cómo es un día en la vida del enviado especial al Dakar y a Paco González le pareció que estaba aquí casi de vacaciones. Que no Paquito, esto convalida la mili que no he hecho. Nos levantamos cada día temprano (6:30- 7:30) para deshacer la tienda de campaña. De ahí al avión, que nos lleva al final de etapa y allí a poner otra vez la puñetera tienda de campaña, últimamente siempre con tormentas de arena.

Cuando llegamos a tiempo, desayunamos, pero hay otros días que no. Después nos buscamos la vida para matar el tiempo en medio de la nada. Ayer, en Nema, conseguí una moto (Honda Dax 70cc) y me fui al poblado más cercano, a 10 kilómetros del vivac. Es el África negra y la pobreza absoluta. Algo realmente indescriptible. Había un cartel que daba la bienvenida al turista y advertía de la existencia de 3.000 casos de Sida... De vuelta al campamento, al que los pilotos llegan a partir de las tres.

A veces, les llevamos comida y agua porque su asistencia todavía no ha llegado. Después se escribe la crónica y por la noche, en la jaima restaurante, esperamos a los rezagados para que nos cuenten sus historias de cómo les ha ido la jornada. No hay día que nos acostemos antes de la una de la madrugada.

Eso en un día normal, porque el de ayer estuvo convulsionado por la noticia de la amenaza terrorista y la neutralización de las dos etapas. La organización me ha pedido a mí y a otros periodistas que hoy vayamos en helicóptero hasta Bamako y así ganar plazas en los aviones para los moteros. Estaban intentando conseguir un avión más para el impresionante traslado. Seguiré el convoy desde el cielo. Ya os contaré.

Lo más visto

Más noticias