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Diamante en bruto

Los padres de Ibrahima Bakayoko explotan una parcela de diamantes y algo se le ha debido pegar al marfileño porque ayer en El Sadar, frente al Real Madrid, demostró ser un diamante en bruto. No sólo por el magnífico gol que marcó a pase de Aloisi, sino porque lo hizo todo bien. Hasta se permitió el lujo de dar algunos pases de tacón, acompañados de geniales controles de la pelota. Sólo le faltó ampliar su cuenta goleadora marcando alguna de las ocasiones que tuvo en sus botas.

Bakayoko debió intuir algo durante el calentamiento del partido, ya que los instantes previos al encuentro los dedicó a rezar. El musulmán se mostró muy concentrado, con los ojos cerrados y las manos juntas, posiblemente le pedía a su Dios que las cosas le salieran bien en la tarde de ayer. Las oraciones del delantero rojillo debían de tener que ver con algún ritual de su país ya que, ante la atenta mirada de todos, el jugador osasunista finalizó sus rezos frotándose fuertemente la cara con las manos. Bakayoko tenía más sorpresas guardadas para el partido contra el Madrid. Tras marcar el gol en el minuto once del encuentro, demostró que no sólo el fútbol se le da bien, ya que celebró su tanto con un mortal hacia adelante. El jugador rojillo le dedicó su tanto a Aguirre. Sólo se le puede poner un pero a la actuación de ayer del africano: perdonó demasiado.

Al margen de todo esto, anoche quedó muy claro que César Cruchaga no tiene dotes de adivino. Durante toda la semana vaticinó que el Osasuna ganaría uno a cero con gol de Puñal. Por desgracia para el Osasuna no fue así. Los de Aguirre consiguieron un empate que les supo a poco.