Sainz quiere romper todos los pronósticos

Es el momento de saldar viejas deudas. Aunque lo que la fortuna le ha quitado en el Rally de Gran Bretaña a Carlos Sainz difícilmente se puede reponer en un fin de semana, la edición de este año es una magnífica oportunidad para recuperar parte de lo perdido. En Gales hay unanimidad sobre que Petter Solberg es el favorito, y en el ambiente planean las órdenes de equipo para Sainz y Loeb en Citroën con el objetivo de preservar el título de marcas, pero la experiencia debe ser la gran aliada del madrileño.

Pocas cábalas caben ya por hacerse. El que acabe delante de los tres candidatos al título será campeón. Y Solberg es el que apunta más alto en las apuestas (como opinaban horas antes del inicio del rally los nombres más destacados del certamen) porque pilota un Subaru, el vehículo más victorioso en la cita británica, calzado con neumáticos Pirelli, también los que más éxitos han cosechado en los caminos forestales británicos. Sin ir más lejos, esta combinación piloto-coche-neumáticos fue la ganadora en 2002.

Pero el pronóstico de la climatología vaticina un viernes y sábado parcialmente nubosos, aunque sin lluvias, por lo que la ventaja de las cubiertas del noruego puede quedar neutralizada. Sólo el domingo se esperan chubascos, pero podría ser demasiado tarde para él, ya que además será la jornada más corta.

Órdenes de equipo

El otro gran contratiempo para Sainz pueden ser las órdenes de equipo. En Citroën se juegan las dos coronas, pilotos y marcas, y nadie duda de que las preferencias del equipo se inclinan hacia el piloto francés, Sebastien Loeb, sin que esto quiera decir que se vaya a perjudicar a Sainz. Pero, según como transcurran las cosas, podrían congelar las posiciones para preservar los dos títulos, aunque en Citroën niegan esta posibilidad.

En cualquier caso, en una competición tan complicada, rápida y traicionera, que tradicionalmente es una lotería, la gran experiencia del madrileño puede jugar un papel determinante frente a sus dos jóvenes y menos expertos rivales. Precisamente la cicatriz que la cita británica ha dejado en el corazón de Carlos, que ha llegado allí peleando por la corona nada menos que seis veces consiguiéndola sólo una, puede ser su gran aliada.

Si Solberg ganó la edición anterior, Loeb por el contrario cuenta con mucha menos experiencia, a pesar de que el pasado año marcó buenos tiempos en la primera participación de Xsara. Y, aunque poco pueden influir dada la pelea cuerpo a cuerpo que deben sostener los tres aspirantes al título, también habrá que contar con los Peugeot de Marcus Gronholm y Harri Rovanpera, el Ford de Markko Martin y los casi jubilados Colin McRae y Tommi Makinen, que querrán despedirse a lo grande.