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Europeo de Suecia | España 78-Israel 64

A dos días del oro

España necesitó de toda su fortaleza mental y del inmenso último cuarto de Gasol para superar la resistencia de Israel y plantarse en las semifinales

<B>MÁS ARRIBA.</B> Gasol y Jiménez jugaron por encima de la canasta, donde no podían llegar los israelíes.
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Madre, madre Marisa, que diría Pau Gasol, cómo zumbaban los del kibbutz. Viendo cómo los tábanos de Israel atizaban a las torres españolas, se pueden comprender algunas de las cosas que pasan por allí. Qué tíos, qué barbaridad. Y qué angustia hasta el último cuarto, en pleno kárate-press. Pero esta vez, Israel no tenía el armamento pesado. Por eso se defendía a pedradas.

No: esta vez, en el Globo futurista de Estocolmo el gran equipo era el de España. Con la maquinaria reluciente, ultramoderna, recién salida de Memphis y de los pescaditos que Marisa Sáez le pone a su Pau en su casa de Germantown.

Así que los del kibbutz, a pesar de las pedradas, el kárate-press y las zonitas enmascaradas tuvieron que liar las tablas de su ley espesa y volverse a Israel, a ver qué pasa con el nuevo mapa de la cosa.

El partido fue la anatomía de una trampa y un desafío constante al sistema nervioso del equipo español, que tuvo la virtud de meter los puntos precisos en los momentos importantes. España, con el suave rugido del equipo superior, broom, se iba por diez o más puntos (28-18, 49-38)... y en menos de un minuto se encontraba a los colonos del kibbutz mordiéndole los talones y el ritmo: 28-27, 58-54. La clave era la zona enmascarada, pura ingeniería defensiva.

Los hombres de la Selección de Israel seguían los cortes de los españoles como en una defensa individual: pero era trampa. Era una zona tan diabólica, tan estudiada como las redes de mallas finísimas que atrapan jilgueros y pajarillos incautos de Letonia o Eslovenia. He escrito pajarillos: no un helicóptero. No Pau Gasol.

Lo difícil era el ejercicio de resistencia. Navarro sufría. Gasol chocó con la persecución. Garbajosa y Carlos Jiménez eran dos machos. Descanso, 44-36, con puntitos de Grimau.

En el tercer cuarto, Gasol volvió del banquillo: la zona colapsó sobre él y dejó espacio a los tiradores. Sin Gasol, que iba y venía, y con Navarro ansioso, la zona abrumaba y se esparcía: 57-49... y en el último cuarto, 58-54. En plena angustia, Carlos Jiménez hizo una canasta colosal: cayéndose, pero con todas las pelotas en su sitio: 60-54.

Y ahí, con los del kibbutz hartos de pegar y cargados de faltas, y con el dedo de Sharp en el gatillo, el helicóptero de Memphis despegó sobre el aro de Israel, en presencia del Pájaro Larry Bird. La música de Richard Wagner, la Cabalgata de las Walkirias fue el vuelo de Pau Gasol, que pasó de 11 a 25 puntos en un rugido suave, determinante, imparable. Ganaba el gran equipo: España, a dos partidos del oro. Y los del kibbutz, a resignarse.

Pau, el máximo encestador Con una media de 26,25 puntos por partido (105 en cuatro) Pau Gasol lidera la clasificación de encestadores. En segunda posición está Kirilenko (128 en cinco) con una media de 25,60 por encuentro. A falta de dos choques, de entre ellos saldrá el máximo encestador.

LA FICHA:

78 - España (28+16+14+20): Calderón (5), Navarro (6), Jiménez (8), Gasol (25), Garbajosa (13) -cinco inicial-, Grimau (7), Felipe Reyes (9), Herreros (6), De la Fuente (-) y Bueno (-).

64 - Israel (22+14+15+13): Sharp (16), Saffar (4) Burnstein (5), Shelef (2), Kozikaro (13) -cinco inicial-, Mizrahi (-), Tapiro (12), Green (10), Gordon (2), Halperin (-) y Sheinfeld (-).

Arbitros: Oget (TUR) y Ziemblicki (POL). Excluyeron por personales a Green (m.38) y Tapiro ().

Incidencias: encuentro correspondiente a las eliminatorias de cuartos de final del Campeonato de Europa 2003 disputado en el pabellón Globe Arena de Estocolmo ante unos 8.000 espectadores.

Antes del inicio del encuentro el presidente de la Federación Sueca de Baloncesto, Niklas Nordstrom, pronunció unas palabras en memoria de la ex ministra de Asuntos Exteriores de Suecia, Anna Lindh, fallecida por la mañana como consecuencia de las puñaladas recibidas el día anterior en un ataque en un centro comercial de Estocolmo.