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Entrevista Moncho López

"Todo lo que venga ahora es a muerte"

A Moncho López (Ferrol, 10-7-1969) se le ha tenido siempre por entrenador de jugadores, por consumado aitista o seguidor de la escuela técnica de Aíto García Reneses

Moncho López.
REUTERS

Con todo, el seleccionador español ha ganado 14 de los 15 primeros partidos oficiales que ha dirigido a España: récord. Si gana mañana el número 16, ante Israel, habrá puesto a España en las semifinales del Eurobasket y casi con seguridad en los Juegos Olímpicos de Atenas 2004.

Aquí estamos todos, hablando de Gasol y de Navarro, y resulta que el seleccionador va de récord: 14 victorias en 15 partidos. Eso es mucho, pero ahora hace falta ganar el 16.

—No le doy importancia: ahora no puedo pensar en eso. Sé las victorias que llevo y recuerdo lo que ha pasado en cada partido. Pero ni sabía que era un récord, ni es nada que me importe en estos momentos. Desde ahora, todos los partidos son a muerte. Estamos juntos los ocho mejores equipos de Europa y cualquiera puede ganar a cualquiera: mire lo que ha pasado con Alemania.

Nowitzki está fuera de los Juegos Olímpicos. Ustedes ‘sólo’ tienen por delante a Israel para firmar el pasaporte para Atenas, siempre y cuando Serbia se meta en semifinales.

—Pero si Israel está ahí delante, será que es mejor que Eslovenia e incluso que Alemania: al menos, en este Campeonato. Aquí, el que gana siempre es el mejor. Eslovenia nos hubiera obligado a jugar situaciones individuales con muchos jugadores. Contra Israel vamos a depender más del juego de conjunto.

Explique al buen pueblo español que atiborra los índices de audiencia qué se puede esperar mañana.

—Un partido a muerte, como todos los que quedan. Aquí se acabaron las facilidades y las confianzas. Tenemos que aprovechar a tope estos tres días que nos ha dado el calendario: nos enfrentamos a una situación de alta riesgo, y tenemos un país ilusionado que nos sigue. Bueno: que sepan que Israel es mucho más que esa defensa en zona de la que tanto hablan. Defienden muchísimo. Son duros hasta la extenuación. Su mejor jugador, Burstein, del Maccabi, hace de todo. No les importa ir por debajo en el marcador: siempre piensan que pueden remontar.

Entonces, a perder por Dios y por España con los Pistons de Israel.

—¡Nooo, hombre! Si los jugadores mantienen el espíritu competitivo, si la autoestima que tenemos ahora no se traduce en exceso de confianza, si siguen pensando en baloncesto y no pierden la tensión, vamos a ganar. Los jugadores son lo más importante de todo. Yo sólo les ayudo a que sigan así. Y ellos me ayudan a mí.

Dicen que es usted muy de Aíto...

—Algo, pero no sé bien: lo dicen por el uso de la rotación de reservas. Mi maestro de verdad fue Ricardo Hevia, que me enseñó el respeto a ultranza por el jugador. Me encantaban los planteamientos y preparaciones previas (dice scoutings) de Scariolo, cuando estaba en el Tau. Y el contacto con Lolo Sainz me ha enseñado a positivizar las presiones externas.

Pero usted será más de Gasol que de Aíto: se supone, vamos.

—También dicen que tengo predilección por Navarro. Gasol es el jugador en que cualquiera querría descansar. Pero no me fijo en eso. Para mí, lo importante de Pau es la capacidad que tiene, por sus condiciones, de generar juego para el resto. Si continúa así, todo irá bien.

¿Echa en falta aquí, en esta Selección, a algún jugador español que querría tener y no tiene?

—Sólo uno, pero no puedo tenerlo: Fernando Martín. Por carácter y competitividad, conectaría perfectamente con este equipo. Con lo que hacía en sus últimos años, corriendo el contraataque como segundo hombre alto y con el tirito corto que se trajo de la NBA, sería ideal junto a Pau. Pero...