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Primera | Real Madrid

Beckham, contra la maldición inglesa

Beckham pelea contra la historia. Salvo Keegan y Waddle, o en menor medida Lineker y Platt, los futbolistas ingleses no rinden fuera de las islas.

Y con el único caso de Waddle nadie salió reforzado de su aventura en el exterior para volver a Inglaterra. Algo que le ocurre a los ingleses pero no a todos los británicos, porque el galés John Charles sí triunfó en la Juventus o el irlandés Lian Brady hizo un buena carrera en Juventus, Inter y Sampdoria. Estos son los principales ejemplos. Hay alguno más, como la etapa de Clive Allen en el Burdeos o Paul Rideout en el Bari, pero un análisis a los más significativos demuestra una tendencia que Beckham tendrá que romper.

Laurie Cunningham: Extremo, Real Madrid: Fue demasiado irregular

Llegó a un Real Madrid de entretiempo en 1979 por el gran nivel que mostró en el West Bromwich Albion, especialmente en una eliminatoria de la Copa de la UEFA ante el Valencia, pero las lesiones y los escándalos impidieron que se mantuviera mucho tiempo en lo más alto. Batió un récord por su traspaso, que le costó al Real Madrid un millón de libras (123 millones de pesetas, según declaró Luis de Carlos). De él se recordará un excelente partido en el Camp Nou ante el Barcelona, cuando volvió loco a Zuviría, su magistral forma de lanzar los córners con el exterior del pie derecho y su titularidad en la final de la Copa de Europa de 1981 con el Real Madrid de Boskov ante el Liverpool.

También se le recuerda por las numerosas multas que le impuso la directiva del club blanco para castigar sus episodios de indisciplina. Y, por supuesto, por su trágica muerte en accidente de coche, en la madrugada del 15 de julio de 1989, ya como jugador del Rayo Vallecano. También pasó una temporada como titular en el Marsella.

Kevin Keegan: Delantero, Hamburgo: La figura del Hamburgo

En sus dos años en el Hamburgo ganó los Balones de Oro de 1978 y 1979, y eso le convierte en el inglés de mejor rendimiento lejos de las islas. Había conquistado la Copa de Europa con el Liverpool en 1977 y un año más tarde se marchó a Alemania. Le costó mucho adaptarse al fútbol germano, aunque la calidad de su fútbol se impuso, fue titular indiscutible y metió al Hamburgo en la final de la Copa de Europa de 1980, que perdió en Madrid ante el Nottingham Forest. Incluso llegó a ser reconocido como el personaje deportivo del año en Alemania. Durante un año y medio fue el patrón del equipo, y su marcha se debió sólo a un problema económico. Aunque había llegado Gunter Netzer como mánager, el club perdía dinero y no podía satisfacer las cifras para la renovación de Keegan, que esperaba una apertura de fronteras a los extranjeros en Italia para marcharse al Milán. Eso no sucedió y volvió a Inglaterra, a jugar en el Southampton. Al final, el jugador inglés que mejor se desenvolvió lejos de las islas estuvo menos de tres años lejos de ellas.

Gary Lineker: Delantero, Barcelona: Brilló hasta que llegó Cruyff

Llegó al Barcelona días después de proclamarse máximo goleador del Mundial 86 y de mostrar un nivel excelente en Leicester y Everton. Le hizo un hat-trick al Real Madrid en su segundo clásico y mantuvo en su primera época un ritmo goleador fenomenal, que contrastaba mucho con el del decepcionante galés Mark Hughes. En sus tres temporadas en el Barcelona sólo bajó su rendimiento en la tercera, la 87/88. La marcha de Venables y la llegada de Cruyff fue el principio del fin. El holandés le colocó en la derecha y se lo cargó. La victoria en la final de la Recopa ante la Sampdoria, en la que participó en el gol de Julio Salinas, fue su último coletazo en España. En cualquier caso, no decepcionó.

Jimmie Greaves. Delantero, Milán: Duró cuatro meses en Italia

Uno de los casos más claros de inadaptación. Talento inglés de los sesenta, ídolo de masas y goleador implacable, su media en la selección supera a la de Gary Lineker con 44 goles en 57 partidos. Jugador más joven en alcanzar los 100 tantos en la selección, batió récords positivos en Tottenham y Chelsea y negativos en el Milán. Llegó en 1961 y duró cuatro meses, provocó todo tipo de polémicas y marcó nueve goles en los diez partidos que jugó. Una buena cifra, pero demasiado condicionada por sus escándalos fuera del campo. El técnico, Nereo Rocco, nunca pudo con su indisciplina y volvió al Tottenham. "Fui un prisionero del Milan", declaró nada más volver. Siempre fue un jugador polémico y su mala relación con Sir Alf Ramsey le dejó en un segundo plano en el Mundial de 1966. Tras retirarse reconoció una adicción a la bebida.

Chris Waddle: Centrocampista, O. Marsella: Se hizo grande en Marsella

Llegó al Olympique de Marsella en 1989 y ganó tres Ligas seguidas. Triunfó por talento, por su zurda y por la capacidad para jugar por ambas bandas. Waddle asegura que su fútbol mejoró en Francia y que desde entonces se le considera más en Inglaterra. En 1992 se fue al Sheffield Wednesday. Si hubiese ganado la Copa de Europa de 1991 ante el Estrella Roja pelearía con Keegan como el inglés de mejor rendimiento fuera.

Paul Gascoigne. Centrocampista, Lazio: Gran talento desperdiciado

El fútbol inglés ha conocido pocos jugadores con más talento desperdiciado. Llegó al Lazio en 1992 tras haber maravillado en Newcastle y Tottenham. En sus dos primeras temporadas, sin ser indiscutible ni alcanzar su mejor nivel, sí dejó detalles de su clase. A pesar de su carácter imposible, de sus escapadas y sus problemas con la prensa, no se le podía considerar un fracasado en Italia hasta que la mala suerte se cebó con él. Se rompió la tibia y el peroné en un entrenamiento tras chocar con el entonces juvenil Nesta y se pasó el resto de la aventura italiana en los quirófanos. Sólo jugó 47 partidos para el Lazio en tres temporadas y cuando se marchó al Glasgow Rangers Italia entera se alegró.

Reginald Hitchens: Delantero, Inter, Torino, Atalanta y Cagliari

Delantero centro, pasó ocho temporadas en Italia con un nivel descendente. Muy bien su primera temporada en el Inter, con 16 goles en 34 partidos. Luego jugó en Torino, Atalanta y Cagliari. Se fue del Inter al Torino justo antes de que Helenio Herrera convirtiese al equipo en dominador europeo a mediados de los sesenta.

Trevor Francis: Delantero, Sampdoria y Atalanta

Delantero campeón de Europa en 1979 y 1980 con el Nottingham Forest, llegó a la Sampdoria en 1982 y no triunfó. No se consolidó como titular, fue de más a menos y terminó en el Atalanta en 1986. Su declive coincidió con sus últimos pasos en la selección inglesa. En su momento se habló de que podría sustituir a Rossi en la Juventus, pero no cuajó.

Tony Woodcock: Delantero, Colonia

Jugador de talento, había ganado la Copa de Europa con el Nottingham en 1980 y siguió el camino a la Bundesliga que Keegan había iniciado un año antes. Llegó al Colonia, pero en su segunda temporada bajó de forma y su fama se evaporó. Volvió a Inglaterra y firmó por el Arsenal en 1982 para consolidarse en la selección. Luego entrenó en Alemania.

Luther Blissett: Delantero, Milán

Internacional ingles, nacido en Jamaica. Fuerte, héroe del Watford de Elton John a principios de los ochenta, llegó al Milán en 1983 para jugar al lado de Hateley. Marcó en su debut pero jamás funcionó en un equipo que volvía a la serie A tras su pasó por Segunda debido a una sanción. Goleador en Inglaterra, en Italia sólo marcó seis tantos en 32 partidos.

Ray Wilkins: Centrocampista, Milán y PSG

Organizador de juego, llegó al Milán tras 11 temporadas de experiencia entre Chelsea y Manchester United. Firmó por el Milán en julio de 1984 y sintonizó bien con el técnico sueco Nils Liedholm. Pasó tres temporadas en las que fue de más a menos pero siempre fue referencia del juego milanista. Luego tuvo un decepcionante paso por el Paris Saint Germain.

Mark Hateley: Delantero, Milán y Mónaco

Sin haber conocido la aristocracia futbolística inglesa saltó del Portsmouth a un Milán que en 1985 pretendía volver a ser grande. Mejoró un poco el nivel mostrado allí por el escocés Jordan o Blisset pero nada más. Tuvo una lesión grave y acabó eclipsado por Virdis. Se fue al Mónaco y recuperó su racha con 14 goles en 28 partidos. Ganó una Liga en Francia.

Glenn Hoddle: Centrocampista, Mónaco

Talentoso organizador, lejos del estilo más tradicional del fútbol inglés, llegó al Mónaco en 1987 procedente del Tottenham y ya con la vitola de jugador de altos vuelos. Bien la primera temporada, ganó el título de Liga junto a Hateley. En 1990, una lesión de rodilla le truncó la carrera. En cualquier caso, se esperaba más de él en Francia.

David Platt: Centrocampista, Bari, Juventus y Sampdoria

Llegó al Bari en 1991 con un buen Mundial de Italia 90 como bandera. Funcionó a nivel individual, fue indiscutible y marcó 11 goles que no evitaron el descenso del equipo. Fichó por la Juventus al año siguiente y más tarde por la Sampdoria. Cuajó cuatro temporadas en Italia a buen nivel y regresó como técnico a la Sampdoria.

Paul Ince: Centrocampista, Inter de Milán

Llegó al Inter tras seis temporadas como centrocampista indiscutible del Manchester United. Un técnico inglés como Roy Hodgson y un aprendizaje rápido del italiano le ayudaron a no perder la titularidad en las dos temporadas en las que estuvo. No brilló mucho en un Inter que tampoco convenció demasiado. Luego se fue al Liverpool y ya no abandonó las islas.

Steve McManaman: Centrocampista, Real Madrid

Jugador clave y estrella del Liverpool de los noventa, ha decepcionado en el Real Madrid. Falto de ritmo, marcó algún gol importante como el de la final de la Champions en París ante el Valencia, pero poco más. No ha sido ni la sombra del gran jugador del Liverpool. Desde hace tiempo se ha visto desplazado de las alineaciones habituales. Un fracaso claro.