Los equipos se rifan a Carlos Sainz

Se lo rifan. A pesar de sus 41 años y de que de milagro no se quedó en el paro a final del pasado año, Carlos Sainz es el objeto de deseo de todos los equipos del Campeonato del Mundo de rallys. En esta segunda juventud que está viviendo de la mano de Citroën, el piloto madrileño se ha revalorizado e incluso su cotización es superior a la del líder del certamen, Richard Burns.

Y esto es así porque en realidad nadie considera mucho la posición del británico, conseguida a base de regularidad, sin pelear ni ganar en ninguna de las pruebas disputadas hasta el momento. Por ello todo apunta a que en Peugeot le están preparando el finiquito, y es muy probable que Subaru sea su destino. Aunque peor lo tiene su compatriota Colin McRae, el piloto mejor pagado en la actualidad, cuyas acciones están por los suelos tras el repaso que le está dando Sainz con el mismo coche.

Sólo Marcus Gronholm, Markko Martín y Petter Solberg tienen el puesto asegurado para la próxima temporada. El resto debe renovar o cambiar... y en esa pelea lleva delantera Carlos. Aunque él dice que "el mercado de momento no se ha movido mucho", ayer estuvo media hora en los prolegómenos del Rally de Chipre con David Lawporth, jefe de Subaru, y otro tanto con Corrado Provera, el de Peugeot. "Estábamos hablando de otras cosas. Historias para no dormir", decía a los curiosos.

"A mí nadie me va a descubrir ahora. Es evidente que, quitando a Auriol, soy el piloto oficial de más edad, pero lo que cuenta no es el carnet de identidad, sino lo que se hace en los tramos. Yo estoy muy contento en Citroën y lo único que voy a hacer es seguir trabajando para llegar a final de año peleando por el título", aseguraba Sainz.

Pero nadie se atreve a abrir la veda en el mercado, a la espera de que se apruebe la nueva normativa para limitar el tercer puesto de cada equipo. La última propuesta era que sólo se permitiría ocupar ese tercer coche a pilotos que no hubieran conseguido podios en los anteriores tres años. "Eso sólo beneficia a los equipos pobres y a los pilotos malos. Si de lo que se trata es de ayudar a los jóvenes, que limiten la edad a 26 años y punto", afirmaba un Carlos al que cada día se le ve más seguro de sí mismo. Y en Chipre quiere refrendarlo.