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Golf | US Open

Watson, protagonista de un Abierto con genuino sabor americano

Sergio García tuvo una excelente jornada, décimo con 69 golpes, a 4 de los líderes.

Tom Watson, líder tras la primera jornada, en acción.
agencias

El Abierto estadounidense de golf comenzó con genuino sabor americano, no sólo porque siete de los nueve primeros clasificados tras la primera jornada son estadounidenses, sino sobre todo por el espectáculo que ofreció Tom Watson, una leyenda viva de 53 años y que comparte liderato con su inédito compatriota Brett Quigley (65 golpes).

Ni Tiger Woods, vigésimo cuarto con 70 golpes, ni otros grandes jugadores (Mickelson, Singh, Els, Weir o Goosen) pudieron arrebatarle el protagonismo al gran Watson. El líder fue capaz de concluir la primera vuelta al complicado recorrido del Olympia Fields con 65 golpes y destilando golf del bueno.

La afición norteamericana, que adora a sus ídolos deportivos por encima de todas las cosas, se dio un empacho con la antología golfística que ofreció Watson. Las figuras quedaron al margen en una primera vuelta del Abierto que dio relieve a modestos como Quigley y a genios como Watson, quien ostenta 39 victorias en el PGA Tour y 8 títulos de Grand Slam -sólo le falta el US PGA-, con un título del Abierto de su país en 1982.

Watson cometió su único "bogey" en el hoyo 10, su primera bandera del día, pero después dio un recital completo. El serial comenzó con un "eagle" en el par 4 del hoyo 12, y logró cuatro "birdies" más, con golpes magistrales de recuperación y "putts" desafiando tanto a las dificultades propias de estos "greenes" malditos como a la gravedad: dejó una bola "colgada" del hoyo durante más de cinco segundos hasta que entró en el agujero.

El veterano golfista de Kansas City, miembro del Salón de la Fama, eclipsó al propio Tiger, quien comenzó de forma muy sigilosa su defensa del título del Abierto estadounidense.

Sergio García, 69 golpes

Con más acierto que Tiger pero menos ruido que Watson, la primera jornada resultó excelente para Sergio García, décimo con 69 golpes, a 4de los líderes.

Como hiciera en la primera ronda del último Masters de Augusta, el español concluyó de forma notable, en este caso, el primer asalto del Abierto de los Estados Unidos de golf.

García, incómodo todavía con sus cambios en el "swing", se encontró realmente confortable en los primeros 18 hoyos jugados en el Olympia Fields de Chicago, y sus 68 tiros tuvieron su alta dosis de mérito, que pudieron ser mejorados si algún "putt" hubiese querido entrar.

Olazabal falló con el "putt"

El castellonense se ha colado, a las primeras de cambio, en el buen camino cuando apenas contaba en las apuestas. Fue la cara del golf español en Chicago, pues el otro español, José María Olazábal, reunió méritos para estar en vanguardia pero erró estrepitosamente con el "putt".

El vasco Olazábal estuvo colosal atrapando calles, dejando en papel mojado sus nefastas estadísticas de la temporada, pero falló con el "putt" en las manos para desaprovechar una gran ocasión de empezar a mirar desde arriba. El vasco acabó con 74 y tendrá ahora que remar en la próxima jornada para no verse fuera del corte.

Tanto los dos líderes imprevistos (Quigley y Watson) como el dúo que comparte la segunda plaza a un golpe, el también ignoto Jay Don Blake y Justin Leonard, eclipsaron a las grandes figuras y supuestos candidatos al título.

Woods, 70 golpes

Por citar a los más significados de esa lista, el vigente campeón, Tiger Woods, se quedó en unos discretos 70 tiros (el par), como Phil Mickelson y el fiyiano Vijay Singh, mientras que el surafricano Ernie Els, segundo del mundo, acabó con 69. Los cuatro no fallaron, pero tampoco arrancaron metiendo miedo.

Peor papel desempeñaron el estadounidense y líder del circuito, Davis Love III (76 golpes), que tendrá que pelear para pasar el corte, y el canadiense Mike Weir, quien firmó 73.

Tiger, el favorito al título, que comenzó por el "tee" del 10, anotó un "bogey" en el noveno hoyo, un "eagle" en el sexto y remató el recorrido con un segundo "bogey", derramando en el primer trayecto carencias en el juego corto y excesiva imprecisión en las salidas.

"No he dado los golpes que quería en las salidas y las posiciones de bandera han sido realmente difíciles. Afortunadamente sólo he cometido dos 'bogeys'", admitió el número uno del mundo.