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Primera | Valladolid 0 - Osasuna 2

Victoria de Osasuna y los dos en Primera

Las derrotas de Recreativo y Alavés también salvan ya al Valladolid

La plantilla de Osasuna celebró con efusión cada uno de sus goles.
rubén garcía

Entre tanta charanga, tanto rojillo sonriente y tanta gente contenta sólo se echó de menos a Romina Power. Y no porque hiciera falta animar la fiesta, sino para acompañar a Bizzarri, más Albano que nunca ayer para Felicitá de un Osasuna que ganó fácil y se queda en Primera. La cantada del Bizzarri fue el 0-2 de otro 0-2 a favor de los rojillos, porque Recre y Alavés perdieron y adelantaron la buena nueva a San Fermín y los suyos.

Pero, igual que a su portero, no le pidan presión a un Valladolid tibio, en tierra de nadie desde siempre y al que la salvación era sólo una venta por certificar. Los pucelanos salieron al campo amodorrados, y Osasuna lo aprovechó, vaya cómo. A los 13 segundos avisó Valdo, que la mandó a las nubes solo ante Bizzarri. A los 43, fue Chengue Morales el la puso en la cruceta tras un córner. En el minuto 11 (y no le pidan más al partido), Palacios culminó una buena jugada de Alfredo y 0-1.

Colsa y el cuatrivote. Y el Valladolid dormitaba. El único atareado, con estrés incluso, era un náufrago llamado Colsa entre tanto tiburón-pivote rojillo. Cuatro, un cuatrivote, alineó Aguirre para terminar de asfixiar las pocas ansias ganadoras de aquel Valladolid vacacional. Colsa sucumbió, claro, y el Valladolid no tiraba a puerta en la primera parte. Tampoco le tiraban, es verdad, y la única otra vez que lo hicieron Albano, Bizzarri, aclaró las cosas: chut de Palacios, manos de mantequilla del argentino y Valdo, tan atento y tan bien como todo el partido, presto para el 0-2 y media permanencia osasunista.

Media, porque el Valladolid, más por amor propio y pitos de la grada que por otra cosa, puso algo de carne en el asador de la segunda parte. Sanzol acabó apurado ante el empuje de Aganzo, de Ciric y un montón de centros al área sin rematador que se inventó Fernando Sales, pero él, su equipo y su afición salieron inmunes del envite. Pamplona respira y evoluciona: ha sufrido de nuevo, pero esta vez no tendrá que esperar a la última jornada.