Negra noche con la afición muy enfadada

La derrota españolista de ayer dejó a Javier Clemente con cara de pocos amigos. Al técnico no le gusta perder ni a la petanca y sus suplentes, aderezados con jugadores del filial, no fueron capaces de superar a un Gavà que pasa problemas en Segunda B. El vasco se quedó, pues, como la noche en el Municipal de La Bòbila: negra, muy oscura por la endeble iluminación del campo.

El Espanyol se apagó ante el equipo local, pero también ante un grupo de aficionados que terminaron increpando a algunos de los no habituales. El que salió peor parado fue Mauro Navas. El argentino, que no dispone de ningún minuto en competición oficial desde la derrota españolista en Mendizorroza (2-1), fue abucheado a base de ofensivos gritos: "¡Navas, vete ya!". Él hizo caso omiso de sus peticiones y continuó el encuentro en busca del empate. Pero este grupo de hinchas, en una actitud lamentable, buscó al jugador a la salida de vestuarios para agredirle. La cosa no fue a más por la intervención de Toni Jiménez y otros componentes del equipo.

Maxi Rodríguez, inmiscuido entre el público de Gavà, vio cómo se quedaban sin opciones de ganar un título en su primer año. Todo el Espanyol estaba deseoso de medirse al Barça en una supuesta final. Y es que el último derby dejó muy mal sabor de boca al vestuario. Pero la negra noche y el frío de La Bòbila neutralizó a los pericos. Los otros azulgrana, los valientes de Toni Llebaria, no celebraron la victoria en el campo, en un honroso gesto de respeto. Ya en el vestuario llegó el desenfreno y gritaron: "¡A por ellos, oé!".