Martín-Benavides, de 17 años, protagonista del sexteto de líderes

Pablo Martín-Benavides, jugador aficionado de Guadalhorce (Málaga) y 17 años recién cumplidos, se ha convertido en el protagonista del sexteto de líderes del Canarias Abierto de España después de la tercera jornada. El madrileño Santiago Luna, los ingleses Paul Casey, Kenneth Ferrie y Simon Khan, y el danés Soren Hansen acompañan al chaval malagueño en un liderato cifrado en 19 bajo par (197 golpes).

La autopista hacia el título presenta un atasco de dimensiones considerables. En un margen de tan sólo 4 golpes se encuentran 29 jugadores. Todos con posibilidades de ganar, entre ellos Jiménez y Olazábal (decimocuartos a 3 golpes), y aunque un poco más lejos Sergio García e Ivo Giner, trigésimos a 4 impactos.

La estrella es un chaval de 17 años

En ese batiburrillo de golfistas con aspiraciones a ganar en Costa Adeje, sin duda la estrella es el joven de 17 años, que la semana que viene tiene exámenes en el colegio y que ni se ha traído los libros a Tenerife para darles, aunque sea, un simple repaso. Pero Pablo ha aprobado con sobresaliente su examen golfístico.

Ni el "Nuevo Niño" ni otro sobrenombre. Uno de los seis líderes del Abierto español es un chico malagueño, desenvuelto, rubio, 1,80 y 75 kilos, y que sólo quiere que le conozcan como Pablo o como Martín-Benavides. "Oye, ¨quién es ese tal Martín-Benavides"", preguntaba un espectador a su acompañante al mirar la tabla de resultados en Costa Adeje (Tenerife) en la que aparecía como líder en el hoyo 15.

"Pues creo que es de Málaga", respondió aquél como única respuesta. Lo que no sabían ambos, y no es extraño, es que Martín-Benavides apenas hace dos años que se mira al espejo para afeitarse una barba rubia poblada sobre todo de acné; que lleva 10 años jugando al golf, que con 17 años cumplidos hace 6 días éste es su segundo torneo con profesionales y que fue campeón del British Boys, y "amateur" de España y de Europa sub'17, entre otros títulos. El malagueño de Guadalhorce, con "hándicap" 3, ha hecho saltar la banca en Costa Adeje, y se destaca sobre los grandes espadas españoles de este deporte.

Entrena con Jiménez

Precisamente uno de ellos, el veterano Jiménez, con el que a veces se entrena en el mismo club de Guadalhorce, el que corrigió a Pablo el pasado martes un pequeño desplazamiento lateral del cuerpo cuando golpeaba con el "driver".

"No metía la bola en calle, pero ese consejillo de Jiménez me arregló el defecto y en el torneo casi no he perdido calles", confesó Martín-Benavides. Pese al calor y la molesta brisa sobre el campo tinerfeño, que dificultaba hoy la precisión para determinar palo, el malagueño atravesó el ecuador del trayecto tinerfeño con la mejor anotación (31 golpes, con 5 "birdies").

Después, el joven andaluz firmó tres "birdies" más para redondear una excelente vuelta de 64 golpes (la segunda mejor del día). Pablo se besó con su "caddie" nada más terminar. ¨Insólito" Lo sería de no ser porque su hermano Gonzalo "Tete" es el que le transporta la bolsa. Mientras, su abuela paterna ponía pie en tierra tras seguir los 18 del nieto en cochecito de golf y sus otros familiares y amigos se saltaban el protocolo y caminaban tras él en los últimos hoyos del recorrido.

Primera entrevista

"Mi padre comenzó a jugar al golf y me llevaba a Guadalhorce. Yo lo que hacía era perseguir a los patos", comentó un desorientado Martín-Benavides, quien ha hecho su primera entrevista para televisión y protagonizó por primera vez una conferencia de prensa. El juego de Martín-Benavides ha sido espectacular para su edad. Sólo ha cometido tres "bogeys" en 54 hoyos, dos de ellos producto del nerviosismo en los últimos tres del recorrido de la víspera cuando se vio líder en el marcador y "pateó" por tres veces en cada "green".

"Recuerdo que me temblaban bastante las manos. Aprendí de eso y hoy la verdad es que no me temblaba nada. Lo que quiero es disfrutar y divertirme, pero ahora lo que sé es que soy inmensamente feliz", dijo el golfista de Guadalhorce.

Martín-Benavides sólo tuvo un punto en contra en este día idílico para él. Perdió una apuesta de 3 euros con su hermana, pues hizo un golpe menos de los que estimaba.