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Golf | Masters de Augusta

Mike Weir se consagra con su victoria en el primer 'major' de la temporada

Olazabal ha terminado firmando una tarjeta de 73 golpes, lo que le sitúa en el octavo lugar.

Mike Weir se abraza a su esposa tras ganar en Augusta.
AGENCIAS

Mike Weir se ha apuntado la victoria en la 67 edición del Masters de Augusta, primer 'major' de la temporada, al apuntarse el desempate ante Len Mattiace, mientras que Tiger Woods y José María Olazabal, dos hombres con opciones al triunfo antes de la última jornada, han estado en todo el recorrido muy lejos de luchar por ésta.

Mike Weir y Len Mattiace han protagonizado un emocionante pulso por la victoria final que se decantó en el 'play-off' finalmente a favor del canadiense, el primer zurdo que consigue la victoria en la historia del torneo de Augusta.

El 'semidesconocido' Weir se ha consagrado con la victoria en el primer 'major' de la temporada, aunque el camino no ha sido fácil ante la gran resistencia mostrada por Mattiace, otro golfista que no entraba en los pronósticos, revelación en la última jornada donde ha firmado una tarjeta de 65 golpes, la mejor de la presente edición en el torneo de Georgia, que a punto estuvo de acercarle a la victoria.

Weir ha recuperado el nivel de juego de las dos primeras jornadas, el que le había hecho liderar la prueba hasta el corte de la misma con gran autoridad. El canadiense ha demostrado tener olvidado el traspiés de ayer cuando presentó una tarjeta de 75 golpes y cedió la iniciativa a Jeff Maggert.

Aunque el juego sobrio de Weir se iba a imponer a las mayores imprecisiones de sus rivales. Maggert demostraba pagar la presión y desde los primeros compases de su recorrido comenzó a ceder terreno con respecto a la cabeza.

Woods fracasa en su intento de lograr un tercer Masters

Por su parte, Tiger Woods ha vuelto a 'naufragar' en los hoyos de Augusta como había sucedido durante las dos primeras jornadas. El estadounidense después de un tercer recorrido en donde 'asustó' a todos sus rivales, al firmar una tarjeta de seis golpes y situarse a cuatro golpes del líder, lo que le hacía partir como principal favorito, ha dado síntomas de no encontrarse cómodo en ningún momento con su jornada.

De esta forma, el estadounidense ha visto como se desvanecía su 'asalto' a su tercera 'chaqueta verde' de forma consecutiva como antes le había sucedido anteriormente a Jack Nicklaus y a Nick Faldo.

En la década de los sesenta, el australiano, el hombre que cuenta con seis títulos en Augusta, tuvo la oportunidad de conquistar durante tres ediciones consecutivas la victoria en los campos de Georgia, pero no la aprovechó.

En el 91, el escocés Nick Faldo acudió con el mismo propósito al primer 'major' de la temporada, pero el galés Ian Woosnam se interpuso en su camino.

Olazabal, lejos de la victoria final

Tampoco ha podido optar a la victoria final José María Olazabal. El vasco, ganador en el 94 y 99, ha mostrado su cara más sobria como en las anteriores jornadas durante la primera parte del recorrido.

El español, como había sucedido en las jornadas anteriores tenía en la regularidad su principal arma y ha marcado los ocho primeros hoyos con el par del campo. En el noveno ha llegado el bogey, pero Olazábal se rehizo a continuación para de nuevo nivelar su tanteo.

Sin embargo, al vasco le faltaba el empujón definitivo para encaramarse al grupo de cabeza y este no ha llegado por lo que Olazabal terminó por doblegar y firmar una tarjeta de 73 golpes lo que le situó en el octavo lugar.

De cualquier forma Olazabal fue un año más el mejor español en el torneo de Augusta. El otro que había superado el corte, el castellonense Sergio García, firmó una última tarjeta de 73 golpes, uno sobre el par, que le situó en vigesimonovena posición, con más seis.

Otros ilustres como Mickelson, Els o Singh se asomaban por la parte alta de la clasificación, pero como a Olazabal le faltaba el aliento final para aparecer en una 'fiesta' reservada a dos semidesconocidos como Weir y Mattice.

El canadiense sería el único capaz de hacer frente a un sorprendente Mattice, que en el 18 firmó un bogey clave en la resolución del torneo, para forzar un desempate.

En el 'play-off', Weir, que esta temporada ya contaba con las victorias en el Abierto de Nissan y en el Bob Hope Chrysler Classic, controlaba mejor los nervios y se hacía con la victoria, la primera de un golfista zurdo en el torneo de Augusta.