Sainz, sin tiempo para celebraciones

Para él no parece existir el descanso. Llegó al mediodía de ayer a Barajas, donde mucho público le vitoreó, y por la tarde volvía al aeropuerto para irse a Cataluña sin tan siquiera dormir un día en casa. Carlos Sainz dio así por finalizadas las celebraciones de su 25º triunfo mundialista en el Rally de Turquía, y ya prepara la próxima cita, que tendrá lugar en abril, en Nueva Zelanda.

El madrileño va a estar hoy y mañana probando su Citroën en tramos de tierra cercanos a Manresa. Su bien merecida fama de incansable trabajador está más que justificada, y ahora que se ve otra vez con posibilidades de pelear por el título no va a levantar el pie. Espera otro tipo de terreno y habrá que ver si el Xsara está preparado para él.

Pero está claro que se trata de un coche ganador, y si en las antípodas no responde, para el siguiente seguro que ya estará a tono. Y el que ha dejado claro que sí lo está es el madrileño, al que parecen no pesar en absoluto los cuarenta años, que serán uno más precisamente mientras compita en Nueva Zelanda. Sería un bonito regalo en una prueba que ya ha ganado cuatro veces.

Y es que, a pesar de lo que digan sus detractores, Sainz está demostrando su valía. Esos que dicen que Colin McRae, con el que comparte la cabeza del ránking de victorias, está por encima, que analicen los datos. De cinco temporadas que han coincidido en el mismo equipo (1994 y 1995 en Subaru y de 2000 a 2002 en Ford), tres ha acabado Sainz por delante de él. Y eso que en el segundo con Subaru, fue el propio equipo el que favoreció al escocés.

Volviendo al presente, los astros están conjugándose para permitir un reverdecer del bicampeón. El coche ya va bien en tierra rota, un terreno que se repite en breve, Argentina, Grecia y Chipre, y no tardará en conseguirlo en tierra buena. Pero lo mejor es que a final de temporada, justo antes de la cita de Gran Bretaña, habrá un periplo de asfalto, el piso sobre el que mejor se desenvuelve el Xsara: Sanremo, Córcega y Cataluña.

Un coche siniestrado

El coche con el que ganó Sainz en Turquía era el mismo que usó Thomas Radstrom en el Rally de Finlandia del pasado año, con el que sufrió un terrible accidente. Quizá por ello tenía un agujero en el piso por el que le entraba polvo y agua al vadear los ríos.