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Primera | Racing 1 - Deportivo 2

Es Luqueman

El catalán salió al final y marcó un gol que le da los tres puntos al Depor y se carga de raíz la victoriosa racha de Piterman

<b>VOLÓ EL DEPORTIVO EN SANTANDER</B>. Que se impuso al Racing, como se impone en la foto el argentino Duscher al canterano Neru.
serrano arce

Piterman venía de derrotar a Rayo, Alavés y Villarreal, de desafiar a la historia racinguista, porque los cántabros nunca han ganado en Primera cuatro veces seguidas. Y todo, con sólo dos meses en el cargo o, más bien, en los cargos: presidente, entrenador, utillero, fotógrafo, delegado de equipo. Sólo le faltaba ser héroe, un héroe ficticio, de esos que crea y destruye por doquier este fútbol frenético de nuestros días. Pero el héroe fue otro, el de casi siempre últimamente en el Depor, aunque Irureta no se lo premie con la titularidad: Albert Luque. Un ciclón que marcó el 1-2 y se llevó los tres puntos para A Coruña.

Pero antes de la puntilla de Luque hubo toreo, y algo de arte. El partido comenzó con Tristán inspirado, cachondeándose de ese lateral que Piterman se ha traído del Palamós, Coromina, que acababa en el suelo con cada movimiento del sevillano. Iba Diego rumbeando, dando taconazos como si estuviera en la Feria de la Algaba. El primero lo recibió Amavisca para tirar desviado. El segundo lo aprovechó Sergio para servir a Makaay el gol número 19 del pichichi holandés. Habían pasado sólo cuatro minutos, y la delantera del Depor parecía una jauría de lobos que baja a Santander desde la montaña. Pero con la ventaja ocurrió algo tipycal Irureta: todos para detrás. Pero el Racing, sin profundidad, apenas aportaba la calidad de Benayoun, con Munitis desaparecido y Txiki, en la izquierda, demasiado impreciso. Sus argumentos (argumento) ofensivos en 45 minutos: un cabezazo del israelí.

Como premio a haber sido el mejor de su equipo en la primera parte, Piterman cambió a Benayoun, por Bodipo. Pero le salió bien, en una nueva prueba de que el ucranio-norteamericano ha heredado la escondida flor y la suerte de Louis van Gaal, exiliado ahora a sus Países Bajos. Y Bodipo marcó, nada más salir, el empate del Racing.

La flor de Bodipo. Con 45 minutos por delante, podían pasar muchas cosas, pero sólo reseñamos tres o cuatro: un posible penalti (que no fue) de Juanmi a Regueiro; más polémica en las protestas de Tristán a Irureta, cuando el vasco decidió relevarlo por Valerón; un revuelo en el área deportivista que no acertó a rematar nadie; mucha paparrucha, al fin y al cabo, hasta que salió un crack disfrazado de currante, Albert Luque. El catalán también aprovechó la debilidad de Coromina en la derecha de Racing, la izquierda del Depor. Allí se gestó la jugada que marcaría el partido. Luque dribló a Coromina, encaró a Mora, se escoró de Juanma y disparó raso, imposible para Lemmens. Era el 1-2, y a Piterman se le torció la sonrisa, se quedó con un palmo de narices en su intento de hacer historia. Incansable, Luque tuvo en sus botas el tercero y se lo puso a Makaay que, más fallón que de costumbre, mandó un balón al cuerpo de Lemmens y otro al palo y se quedó sin sumar su diana número 20 en 24 jornadas. Hubiera sido un protagonismo inmerecido para el holandés, como lo estaba siendo para Piterman hasta ayer. El héroe, como casi siempre, fue Luque: Luqueman.

EL DETALLE

Tristán se quejó a Irureta

De todo le dijo Diego Tristán a Javier Irureta cuando el técnico vasco decidió sustituirlo por Valerón, corría el minuto 69 de partido. El delantero algabeño salió del campo con ostensibles gestos de desaprobación a su técnico, maldiciendo y sin saludar a su sustituto ni siquiera.