Que vuelva la guasa

No a la guerra. Sí al derby. No a la guerra del derby. Ni Lopera es Sadam ni Bush es Del Nido. Ni los Biris deben ser tratados como vándalos (todos no) ni los Supporters como cazadores de sangre humana. Se pone uno a pensar en el derby y, con todo lo que ha pasado durante estos últimos años, le acaba dando igual el resultado del partido. Sólo le pedimos a Dios, o al que sea, que la emoción no pase de la taquicardia. Que no se hable más que de fútbol y que volvamos a la época en la que la guasa no pasaba de la guasa. Sin narices rotas ni sangre en los costados. Sin portadas más que para los goles de uno u otro.

Sin heridos y sin incidentes, el derby será más fiesta. Seguro. Aunque el Betis se haya empeñado en que Heliópolis vista sólo de verde para esta ocasión. Todo sea para que el único rojo que luzca el Sevilla después del partido sea el de Nervión si el que se lleva el encuentro es el equipo de Joaquín Caparrós.

Por eso espero que nos emocionemos, que lloremos o que riamos según el resultado y que las patadas y los golpes, ganen unos o pierdan otros, se produzcan sólo en el terreno de juego. Pase lo que pase, ése será el mejor resultado posible. Ganaremos todos. Seguro.