Sainz se pone primero para buscar el triunfo

Son sólo ochenta kilómetros, pero van a parecer ochocientos. Porque el 1:19 que saca a su más inmediato perseguidor, Richard Burns, debería ser una ventaja confortable en cualquier terreno... menos el turco, que está pasando una terrible factura a las mecánicas. Por tanto, toquemos madera, porque a Carlos Sainz le falta muy poco para lograr su primer triunfo con Citroën en Turquía.

El Matador estuvo ayer majestuoso, como en sus mejores tiempos, demostrando a todos aquellos que le quieren jubilar que le queda cuerda para rato. Porque, gane hoy o no, dejó su impronta en la segunda etapa, en la que nadie pudo ni toserle. Fue el más rápido en tres de los siete tramos del día, pero sobre todo en uno, el cuarto, se salió al sacar medio minuto al mejor de sus perseguidores.

Y fue precisamente en esa especial en la que el hasta entonces líder, Harri Rovanpera, cedió ante la machacona presión del madrileño, tocando una piedra y destrozando el tren trasero del Peugeot. No contento con el minuto que ya sacaba a Burns, el español siguió apretando y le metió otros veinte segundos para despejar dudas.

Resta la etapa de hoy, la más corta pero que también puede ser la más dura, ya que la climatología amenaza con niebla, lluvia e incluso nieve. Además, de las cinco especiales, tres son repetidas, por lo que el piso estará machacado tras el paso de la caravana de coches, que han dejado un rastro de roderas y piedras.

Pero seamos optimistas. El Sainz de Turquía parece irreductible al igual que su Xsara, el coche que menos problemas mecánicos ha sufrido en lo que va de carrera. Se puede permitir el lujo de perder un segundo por kilómetro en la etapa final.

Nada se debe anteponer entre Carlos y el vigesimoquinto triunfo de su trayectoria mundialista, que le igualaría en cabeza del ránking con Colin McRae. Una victoria que le colocaría, si todo acaba igual, tercero a sólo dos puntos de la cabeza del Mundial (Burns).