Fútbol Sala | Europeo 2003

Angelini, un portero de 111 kilos de peso

Su peso no le impide tener agilidad y flexibilidad para defender con éxito la meta de la selección azzurra.

Gianfranco Angelini es un portero que no suele ser de los habituales, bastante diferente, pero que en la Roma RCB está haciendo una buena temporada y está ayudando a su equipo a liderar la clasificación de la Liga italiana.

Angelini es un meta atípico por su aspecto físico, pesa la friolera de 111 kilos, lo que le permite tapar su portería con más garantías que un portero de biotipo delgado. Además, posee una buena flexibilidad, que ayer le permitió frenar los ataques de España, aunque cuando va al suelo le cuesta más de lo normal levantarse por su enorme volumen. De todas formas es un guardameta muy respetado en la Liga italiana, como lo demuestra que Alessandro Nuccorini apostara por él para este Campeonato, en el que ha incorporado nada menos que a diez jugadores brasileños y sólo cuatro nativos del país. Uno de ellos es este voluminoso portero, que ayer salió de titular ante la sorpresa de todos, ya que Ripesi había sido el artífice del triunfo frente a la selección rusa en el último encuentro de la primera vuelta del Grupo A.

Cuentan una anécdota muy graciosa vivida durante la etapa de concentración de la selección azzurra. Los directivos de la Federación italiana de fútbol fueron a visitar la concentración, a pesar de que desconocen peligrosamente la dinámica de este deporte y mucho más a sus protagonistas.

Entonces, Alessandro Nuccorini fue presentando a cada jugador a esos directivos, entre los que se encontraba Fabrizio Tonelli. Uno a uno los jugadores fueron pasando ante los directivos federativos con su presentación. Preguntaban, principalmente, si éste era italiano o brasileño, y Nuccorini tuvo que repetir hasta diez veces la palabra italobrasileño. Al final de todos se encontraba Gianfranco Angelini y cuando los dirigentes preguntaron que quién era, el seleccionador, un poco cohibido ante tanto jugador foráneo y tan poco italiano, acertó a decir: "el masajista".

Pues bien, el presidente de la Federación de Italia, si vio ayer el partido, pudo comprobar como el masajista de su selección fue el único capaz de frenar a una selección que nunca había perdido un encuentro en torneo europeo. Todo un logro para un guardameta cuyo físico no es el más idóneo para lucir bajo los palos de una selección que aspira a ser campeona de Europa, pero que ha demostrado tener nivel para estar ahí y para salvar a su equipo de los jugadores más temibles del continente hasta ayer.

Angelini, sin duda, ha escrito una de las páginas más curiosas del fútbol sala continental. 111 kilos le respaldan. —A. A.

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