"El baloncesto ha perdido credibilidad"

Entrevista Patrick Baumann

"El baloncesto ha perdido credibilidad"

"El baloncesto ha perdido credibilidad"

Tras siete años ejerciendo de mano derecha de Borislav Stankovic, este suizo de 36 años y casado con una española ha tomado el relevo al frente de la Federación Internacional (FIBA) en un periodo especialmente convulso. Su gran resto es firmar la paz en Europa.

—Acaba de aterrizar en la secretaría general de la FIBA en un momento de tensión para el baloncesto.

—La suerte es que cuento con un trabajo ya hecho. El baloncesto está a un nivel muy alto, es el segundo deporte del mundo. Trabajamos, además, para que en Atenas 2004 protagonice la mejor competición. Y bueno, sí, hay algún problema por aquí y por allí... normal. Donde ha llegado el dinero, ya no sabemos como manejarlo, como organizarnos eficazmente. Me refiero a ligas, clubes, federaciones... Debemos encontrar fórmulas de gestión común, y que sean de sentido común.

—¿Cuál es el panorama actual?

—Hoy, las partes más maduras en Europa, se encuentran en disposición de generar recursos económicos, la gestión de esos recursos en un sistema asociativo o federativo tiene sus problemas. Debemos solucionarlos evitando las guerras, utilizando la cabeza y sabiendo que los clubes y las selecciones nacionales tienen que convivir. Ambos son pilares del baloncesto.

—¿Es obligada la paz en Europa entre la FIBA y los clubes de la ULEB?

—Sí, es indispensable para la credibilidad del baloncesto, y para evitar la pérdida estúpida de recursos.

—¿Y para cuándo llegará esa unión?

—Espere que consulte la bola mágica... Por mí, mañana mismo. He hablado con el presidente de la FIBA-Europa, Vassilakopulos, y espera encontrar la fórmula para sentarse a la mesa a negociar. Al mismo tiempo espero que los clubes y la Euroliga entiendan que es necesario, porque la situación económica no es rosa. Sólo unidos podemos generar más recursos y encontrar nuevos modelos de gestión para satisfacer a los clubes y para que las selecciones nacionales sigan vivas y fuertes. Recordemos que hay más audiencia en las televisiones con las selecciones y menos con los clubes. Es malo este desequilibrio.

—¿Acepta la FIBA que los clubes tengan el control económico?

—Nosotros hemos intentado llevar la gestión económica, pero por diversos factores y también por fallos propios, no lo hemos conseguido. Ahora la Euroliga ha creado su sistema y también tiene problemas (pierde dinero, se lee que su patrocinador está insatisfecho...). Cuando la economía general va mal, cae todo. Tenemos la convicción de que los clubes deben gestionar su propia economía y la FIBA debe gestionar la mayoría de aspectos deportivos: selecciones, otros torneos de clubes, un calendario internacional... Hay que remodelar el sistema.

—¿Cómo lo haría?

—Es un asunto para los clubes. Quizá 24 equipos sean demasiados en estos momentos para competir con un presupuesto elevado. Quizá también se paga demasiado a los jugadores... De repente hay clubes que se quedan sin dinero, como en Grecia. El baloncesto vive por encima de sus posibilidades.

—En España, la ACB acaba de aprobar un presupuesto mínimo para los clubes de tres millones de euros y aforos de 7.000 espectadores. ¿Qué le parecen estas medidas?

—No quiero entrar en la polémica que mantiene la ACB con la Federación Española. La visión de la ACB es tratar de que haya más recursos y más espectadores. Para que se propague una religión hacen falta iglesias y nuestras iglesias son los pabellones. Hay que saber si en España existen medios para mantener los presupuestos y llenar esas canchas. Si se piensa que los hay, es buena medida; aunque también hay un principio básico que dice que en plena competición no se pueden alterar las reglas del juego.

—¿Es posible imitar el modelo NBA?

—Complicado. El nivel económico de la NBA se basa mucho en lo que la gente paga en las entradas, en pabellones enormes. En Europa necesitamos una Liga Europea de alto nivel que haga de locomotora, donde los jugadores quieran quedarse. No la hay.