NewslettersRegístrateAPP
españaESPAÑAchileCHILEcolombiaCOLOMBIAusaUSAméxicoMÉXICOusa latinoUSA LATINOaméricaAMÉRICA

Primera | Racing 2 - Alavés 0

Primera victoria de la era Piterman

El Racing, que no había sumado en 2003, ganó a un pésimo Alavés

<b>DIFICULTADES</b>. Benayoun supera a Karmona, como el Racing superó al Alavés.
serrano arce

Tarde de estrenos en El Sardinero. Se estrenaba el trasero del Piterman-delegado de equipo sobre el banquillo del Racing e inauguraron los cántabros su casillero de puntos en este 2003, porque hasta ahora sólo habían sumado derrotas (cinco seguidas). Se produjo así la primera victoria de la era Piterman, hito al que contribuyeron un mal Abelardo, un nefasto Llorens, un desastroso Dutruel: en resumidas cuentas, un pésimo Alavés de Mané. El de Balmaseda opuso al 4-2-4 del ucranio otro experimento: cinco defensas y Llorens, de central. El catalán duró en el puesto lo que tardó Ibón Begoña en lesionarse, pero lo hizo peor todavía en su lugar natural de carrilero.

Llorens estuvo acorde al partido, uno de los peores encuentros de la historia con una sola ocasión clara (la del gol de Regueiro) y dos tantos. Fue, sin duda, el último truco de Piterman, que además de mago es un hombre con suerte. Las sanciones de Arzeno e Ismael no dejaron al ucranio otra salida que colocar en el campo a Nafti y Mora, sus damnificados la semana pasada. Tunecino (en ataque) y cántabro (en defensa) hicieron mucho de lo poco bueno que se pudo vislumbrar en el envite. El primero abrió el marcador a los 25’, en un chutazo que se comió Dutruel con patatas. El segundo contuvo con acierto las pocas aproximaciones de un Alavés sin chispa, con Rubén Navarro en el limbo y Magno, que empezó con ganas, diluyéndose a medida que avanzaba el encuentro.

Desastroso. Un tostón de encuentro, repetimos. El Alavés, que tomó el mando en el centro del campo mediada la segunda parte, era un equipo plano. Tocaban, tocaban y tocaban horizontalmente Tomic y Luis Helguera, sin profundidad ninguna. Recuperaba el balón el Racing y volvía a perderlo segundos después. Así pasaban los minutos, no se avistaba un oasis entre tanto desierto futbolístico, y sólo otra vez Nafti, que asistió a Regueiro en el segundo, despertó a los espectadores de la siesta para aplaudir la victoria del Racing y abuchear a Dimitri, paladín del antifútbol.