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Entrevista Prigioni

"Basket y cocina son mis pasiones"

Pablo Prigioni lleva las riendas del Lucentum, equipo revelación en la ACB. El base argentino vive una segunda etapa en la Liga tras su paso por Fuenlabrada, donde llegó de la mano de Ramón Fernández hace cuatro años. Prigioni es un manitas que disfruta de su tiempo libre con el bricolage y la cocina.

Alejandro Parodi

¿Dónde dirige mejor, en la cancha o en la cocina?

—Como buen argentino, me gusta cocinar. Y no sólo los asados, eso ya lo tengo superado. Mi especialidad es el pollo relleno, como pueden atestiguar mis compañeros. A veces comen en casa y les hago la comida…En la cancha es otra cosa. En la cocina uno puede experimentar; en la cancha todo está más programado, pero ambas me apasionan.

En Argentina crece cada día el umbral de pobreza en la población ¿Cómo lo vive desde la distancia?

—En los últimos años se ha detectado una decadencia que parece no tener fin. Gracias a Dios en mi familia no falta nada para vivir, aunque no podemos tirar la manteca para el techo. Tienen que trabajar duro cada día y es verdad que antes, con el mismo dinero, podían tener cosas que ahora se escapan. Aún así mi familia no se quiere venir para España, es difícil cambiarles la mentalidad.

¿Cómo se explica que un niño argentino prefiera el baloncesto al fútbol?

—Empecé a jugar a los cuatro años porque a mis padres les gustaba y me llevaban con mi hermano a un club deportivo en el que se podía practicar todos los deportes. A mí me interesó el baloncesto. No sé por qué, pero me llamó la atención.

¿Cómo se ve cuando decida retirarse?

—Imaginate, si me retiro a los 34 ó 35 años habré jugado 30 años al baloncesto y no me puedo ver haciendo otra cosa. Siempre me ha gustado el mundo de la hostelería. A lo mejor participo en algún negocio de restaurantes, pero no lo sé. Lo ideal sería compartirlo con alguna actividad de baloncesto.

Hablemos de la selección argentina…

—Es el sueño de todo deportista: poder representar a tu país. En mi caso es muy difícil porque Argentina tiene tres bases muy competitivos. Y además dependes en parte de los resultados de tu club.

¿Cómo se explica el boom de la selección argentina?

—Un 80 por 100 de los jugadores de la selección están en Europa y eso nos ha dado una competitividad que no teníamos. Teníamos calidad pero nos faltaba el espíritu de ganador que nos ha dado estar en las mejores ligas del mundo.