Automovilismo | Rally de Montecarlo

Treinta ingenieros trabajan para Sainz

El despliegue de medios del equipo oficial Citroën deslumbra en el Campeonato del Mundo y ha dado ánimos renovados al piloto español, que por fin dependerá directamente de una marca.

efe

El semblante de Carlos Sainz refleja optimismo. Una circunstancia nada habitual para el madrileño en un inicio de temporada del Campeonato del Mundo de rallys. Lo normal es verle navegar en un mar de dudas, expectante por ver lo que sucede en los primeros tramos del año. Y hoy se producirá ese momento, pero el madrileño rebosa optimismo ante su nueva etapa en el equipo oficial Citroën. Probablemente los impresionantes medios de la marca francesa le otorgan tal confianza y seguridad.

Ayer echó a andar el Rally de Montecarlo, pero no será hasta hoy cuando se disputen las primeras especiales de 2003. A pesar de que su llegada hasta el volante del Xsara resultó un tanto rocambolesca, de que se ha producido un cambio de copiloto y de que ha podido rodar muy poco antes de esta primera prueba, Carlos parece feliz. Un auténtico batallón de ingenieros está tras él y el madrileño sabe bien que es una de las claves del éxito en una especialidad tan compleja.

Mientras que en Ford, su anterior equipo, a cada rally se desplazaban no más de cinco ingenieros, en la formación de los ‘Chevrones’ esta cifra se multiplica por tres. Es un espectáculo asomarse a la carpa central de las asistencias para ver el despliegue de ordenadores, antenas y cables. Casi el cuartel general de la NASA.

Sainz siempre ha sido un piloto volcado con el desarrollo técnico y por fin se encuentra en una escudería en la que parece no haber límites. Al llegar a las instalaciones de Citroën Sport en Versalles el número de ingenieros se duplica hasta la treintena, a los que hay que sumar los de las empresas proveedoras de neumáticos, suspensiones, frenos...

Ahí está la diferencia que parece haber convencido al bicampeón español, que ahora corre para una marca como tal, y no para un equipo subcontratado. Malcolm Wilson, responsable de la formación M-Sport que hace competir a los Focus, se ha comprado dos castillos, helicópteros y barcos desde que en 1997 tomó las riendas del equipo. Guy Frequelin, el jefe de Citroën, no tiene nada de eso. No es una empresa de carreras, sino un fabricante de automóviles.

Ése es el quid de la cuestión, lo que ha hecho distanciarse a Peugeot y ahora parece que también servirá a Citroën para triunfar. Cuando Carlos pedía algo nuevo en su anterior equipo, el coste extra repercutía directamente en los ingresos de su propietario. En el actual, cuando hay que aumentar el presupuesto se pide a la gerencia y nadie se queda sin comprarse un castillo. Los recursos están destinados en su totalidad a ganar... algo que ha transformado a Sainz.

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