Sainz sobrevive a la crisis con Citroën

Dicen que los años de nieves son años de bienes. Y en el Rally de Montecarlo, que mañana dará el banderazo de salida a la temporada mundialista, habrá nieve, ya que las carreteras de Los Alpes están cubiertas por el blanco elemento. Sin embargo, negros nubarrones de crisis amenazan a la especialidad, mientras que Carlos Sainz parte con ilusiones renovadas tras su fichaje por Citroën.

Y es que, aunque haya sido in extremis, el madrileño ha conseguido colocarse en uno de los dos equipos que a priori deberán partir el bacalao en 2003. Porque sólo Peugeot, claro dominador de la pasada campaña, y el equipo de Sainz, Citroën, cuentan con un presupuesto lo suficientemente holgado en esta temporada de recortes.

Los primeros en bajarse del carro han sido los hombres de Mitsubishi, que anunciaban su retirada de la contienda justo cuando se cerraba la inscripción en la Federación Internacional de Automovilismo. Pero también en Ford han restado un treinta por ciento al presupuesto de los rallys y en Hyundai, que llegó a apostar por el propio Carlos, han tenido que reducir su plantilla, despidiendo a medio centenar de trabajadores.

Así las cosas, los dos únicos equipos que disponen de tres coches para cada rally y pilotos ganadores en potencia de carreras y títulos son Peugeot y Citroën... con permiso de Subaru. La firma nipona estrena un nuevo coche que promete ser muy eficaz, y a pesar de que sólo dispondrá de dos pilotos, son Petter Solberg y Tommi Makinen, hombres con plenas garantías.

En cualquier caso, no hay duda de que el coco volverá a ser Peugeot, que además se ha reforzado económicamente con el patrocinio de Marlboro, y sigue con los campeones Marcus Gronholm y Richard Burns, junto a los especialistas Harri Rovanpera y Gilles Panizzi.

Citroën, por su parte, en su primera temporada completa ha redondeado un equipo de lujo con Colin McRae y el propio Sainz acompañando a la joven promesa francesa Sebastien Loeb. ¿Hará alguien sombra a los franceses?