"Ayer viví el miedo físico"

Media hora después de acabar el partido del sábado, las imágenes que se podían ver en la zona de tribuna del Camp Nou fueron esperpénticas. Una compañera de TVE entró en la zona del palco con una ataque de histeria: "¡Me quieren matar, me quieren matar!". ¿Cómo se les queda el cuerpo? Pues imagínense vivirlo de cerca. Los Boixos Nois, grupo radical amamantado por la directiva de Joan Gaspart, se encargó de distraer la atención de los medios de comunicación, mientras en la zona de vestuarios se decidía pactar un paripé patético y tétrico que la gente del Barça, la que realmente ama al club, no acaba de entender.

Ver las bofetadas que recibían los compañeros de la prensa gráfica, o como caían los micrófonos inalámbricos, resultó vergonzoso. Fueron momentos de mucha tensión y, para algunos, de verdadero pánico. Una vez más, el culpable era el mensajero, el interlocutor entre la información y la opinión pública. Para algunos energúmenos, todo aquel que olía a periodista (una cámara, un micrófono, un bolígrafo) era un objetivo a perseguir. Así fue durante muchos minutos, hasta que las aguas volvieron a su cauce.

Pero si las amenazas y las agresiones a los medios de comunicación fueron lamentables, no menos increíble resultó comprobar cómo hasta los propios jugadores azulgrana tenían que permanecer encerrados en el vestuario hasta que los violentos se disolvieron tras su intento de asalto al antepalco del estadio. Todo acabó de madrugada, con Van Gaal diciendo que sigue. ¡Qué club!

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