Una cobardía mata a los vallisoletanos

Pues ya son 35 los partidos de Liga que el Valladolid lleva sin ganar en Pamplona. Ninguno, o sea. Y no fue porque no pudiera, que Aganzo y Pachón tuvieron dos ocasiones que no las falla ni el que escribe esta crónica. Tampoco mereció la victoria. Osasuna llevó el peso del partido, pero murió en el borde del área durante el primer tiempo y en su divorcio con el gol cuando llegó el segundo. Sólo una cobardía de la barrera pucelana permitió a Mateo empatar de falta. El fútbol es cosa de valientes.

Aunque para valientes, los 14.000 navarros y algún pucelano que se acercaron a El Sadar con su bufanda, ayer multiusos. Para animar y, sobre todo, para protegerse de la pulmonía (un grado bajo cero) que amenazó Pamplona.

Aloisi dónde está

Helado comenzó el partido, con Osasuna tropezándose consigo mismo y el Valladolid, a verlas venir. Andan los rojillos peleados por el gol y buena parte de culpa la tiene el australiano Aloisi, que ni está en Pamplona, ni se le busca. Las pocas veces que intentó conectar con él Iván Rosado acabaron en las manos de Bizzarri. En el centro, Alfredo y Puñal se disolvían ante la pujanza de Jesús y Colsa... ¿Qué lumbrera del Atlético decidió cederlo? El santanderino estuvo inmenso en la destrucción y se permitió el lujo de dar un pase de gol a Aganzo, que definió solo ante Sanzol. 0-1 en el primer tiro a puerta del Valladolid y polémica en la posición del delantero pucelano.

Osasuna acabó la primera parte protestando y empezó la segunda cayendo en los mismos errores que le hacían perder el partido. Pero el fútbol es cosa de valientes, decíamos, y la barrera del Valladolid se portó como una panda de asustadizos ante una insípida falta lanzada por el central osasunista Mateo: empate a uno y el partido, cuesta abajo porque Colsa andaba cansado y Aguirre había dado entrada a Gancedo y Brit. La pareja (sobre todo el joven delantero) le metió la quinta velocidad al juego de Osasuna, que pudo ganar con dos ocasiones del propio Brit y otra de Iván Rosado y pudo perder con dos manos a mano que Aganzo y Pachón (en el 90’) mandaron al limbo. El fútbol es de valientes y, a veces, también, es justo.

Los 22 jugadores que saltaron al campo portaron una pancarta en la que mostraban la solidaridad de los navarros con Galicia por la marea negra provocada por el petrolero Prestige. Los detalles de solidaridad no paran dos meses después de la tragedia.