El espectáculo lo puso un gran Miró Martorell

Miró Martorell ejerció de gigante y se tomó la revancha de la final de la temporada pasada ante el Boomerang Interviú. Un partido en el que los madrileños tuvieron la pelota y los catalanes pusieron los goles y las ocasiones, y que sólo los postes (cinco) evitaron que su triunfo fuera mucho mayor. Boomerang volvió a adolecer de recursos ofensivos a pesar de poseer un auténtico equipazo.

El encuentro fue puro espectáculo por lo que aportó Martorell con su claridad de ideas ofensivas, y su juego perpendicular. Además, supo colocar alambradas en defensa contra las que se electrocutó el equipo verde, lento con su juego de cuatro y sin ideas para hacer un aclarado, abrir el campo o colocar un pívot en las narices de Leandro como referencia. "Siempre tres hombres por detrás del balón", fue la frase de Candelas, que deja al descubierto su filosofía cuyo enganche atacante queda a expensas de una genialidad de sus jugadores.

Pero hay que hablar del Martorell, que leyó el partido a la perfección y superó en cada tiempo a su excelso rival (3-2 y 2-1). Cuando apostó por el ataque encontró portería; cuando se defendió, lo bordó, y cuando contraatacó hizo del rival un pelele. Tácticamente le dio un repaso y el triunfo es la muestra.