Entrevista Del Bosque
"Ronaldo es un futbolista tocado por una varita mágica"
Vicente del Bosque es el héroe silencioso. Ha ganado en tres años lo que ningún otro técnico del mundo. A 34.000 pies de altura atendió a AS para compartir la dulce resaca de la Intercontinental. Otro título. Y van...
Lo que es muy valorable y hay que decirlo alto es el palmarés de algunos de los jugadores que están aquí con nosotros. En los últimos cuatro años hay futbolistas como Hierro, Raúl, Morientes, Guti o Roberto Carlos que han ganado todo. Copas de Europa, Ligas, Intercontinentales... Esta generación de jugadores está haciendo historia en el club. Este ciclo será recordado durante mucho tiempo.
Sin duda. Sí. Y tiene más mérito porque ya en mi época de jugador siempre había algún partido más cómodo que te permitía relajarte. Ahora no. Vas de Barcelona a Milán, de ahí a Tokio, y tras ganar la Intercontinental te juegas tres puntos de oro en Mallorca. No hay tregua y la exigencia es máxima. En España somos dados a minimizar a los rivales con poco nombre, pero en nuestra Liga es difícil ganar a cualquiera incluso en el Bernabéu.
La gente olvida que el Olimpia llegó a Tokio tras ganar a la élite de los equipos brasileños y argentinos. El Olimpia es un club centenario con una gran tradición que ha ganado varias Copas Libertadores. No entiendo tanta crítica que demuestra desconocimiento sobre el rival. Era un adversario con nivel. Hay que dignificar nuestro éxito.
Nunca caparé el talento de mis jugadores y quizás esas frivolidades forman parte del espectáculo. Roberto Carlos o Zidane son parte de ese espectáculo y el público demanda genialidades de ese tipo. Hombre, desde el pragmatismo resultadista te entraba la inquietud de ver que pasaban los minutos, que se jugaba bien pero que estabas expuesto a que te empatasen y eso hubiese sido dramático. Por eso habría que congeniar las dos cosas: practicidad y estética.
Se ve que potencialmente es un extraordinario jugador. Lo que ha pasado es que es muy latino no haber contenido el respeto a un jugador superlativo como él, que estaba en fase de adaptación. ¿Que nos gustaría que fuera mucho más continuo? Pues en eso estamos. Queremos que tenga más participación en el juego del equipo, pero los ramalazos que tiene de genio demuestran que es un futbolista que está tocado por una varita mágica.
Antes de la final con el Olimpia teníamos cuatro tocados y luego se recuperaron. Sólo les pido paciencia, que entrenen bien y que mejoren porque su momento llegará. A todos nos tocó esperar cuando éramos joven y ellos no pueden ser una excepción, aunque reconozco que tienen talento y es una pena que no pueda darles por ahora más minutos.
Para empezar, para llegar a las finales hay que contraer muchos méritos. Se decía lo de la Intercontinental, pero muchos que han hablado no pudieron estar allí porque no ganaron la Champions League. La experiencia de la final perdida con el Boca Juniors o la de la final de Copa con el Depor demostró que el fútbol es muy cruel y nos enseñó a tomar estos partidos al 100 por 100 de mentalidad.
No es mérito mío. Se lo debo a estos jugadores y a la inercia ganadora y de estabilidad institucional en que ha entrado el club en estos últimos años. Yo también me he aprovechado de esa situación.
Eso es indudable. Ser entrenador del Madrid y ser perfecto es muy difícil. Claro que he tenido mis errores, pero no me he metido en líos con la plantilla, he sabido aguantar la presión... Me decía el otro día un amigo mío: No es lo mismo dirigir que mandar. Es cierto. Mandar es fácil, pero dirigir consiste en lograr que todos viajen por el mismo camino y remen en la misma dirección. Mandar lo puede hacer cualquiera, dirigir no. Además, ha existido colaboración de la plantilla y todos han sido muy cariñosos conmigo.
Bueno, que no sea yo muy riguroso y muy drástico es porque esta plantilla necesita una cuota de libertad. No digo que otro entrenador no convirtiera a este equipo en una máquina sacrificada y perfecta que fuera la leche, pero no creo que ese camino favoreciera al perfil de este equipo.
Por mi experiencia, a todos los entrenadores se les etiqueta con algo. A algunos de ser míster látigo, a otros que son muy blandos... Yo voy por la calle y me dicen Vicente, dales caña. A mí no me va eso. Yo creo que lo necesario es que haya respeto y buena relación, porque esa es la base de los éxitos. Imponer por imponer sólo te puede valer en un camino corto. Para uno largo es preciso el respeto, el convencimiento y las buenas formas.
No me gusta hablar de eso. Sólo me preocupa el futuro de mis hijos. Soy hombre del club y será lo que tenga que ser.
Ya lo creo. A veces pienso que si vivieran Don Santiago Bernabéu y Don Luis de Carlos estarían emocionados de ver que el Madrid actual sigue su estela de señorío y grandeza. Somos un club respetado. Somos grandes...