Gronholm reinó ante cincuenta mil personas

La Carrera de Campeones se ha convertido ya en un clásico. Y no precisamente por su aspecto deportivo. Lo mejor está en las gradas naturales del circuito grancanario de Telde, con cincuenta mil encendidos espectadores que aplauden a rabiar los duelos en paralelo sobre coches de rallys. Una prueba, nacida del ímpetu de Michele Mouton, que ya no reúne lo mejor del deporte de Carlos Sainz. De los cinco primeros clasificados del Mundial, en la carrera de este año sólo estaba Marcus Gronholm, que era, con el retirado Stig Blomqvist, el único campeón en pista. El finlandés hizo honor a su condición de favorito, pero tuvo que sudar tinta para batir sobre su propio coche al joven francés Sebastien Loeb.

La perla de la cantera francesa, que se ha empeñado en que su equipo Citroën fiche a Sainz, forzó el desempate pese a correr en cancha contraria. En el podio, ambos festejaron también el galardón oficioso de pilotos del año. Gronholm, cinco victorias de catorce, fue elegido hombre de la temporada y Loeb, la sensación del año. El interés deportivo está ahora en la Copa de las Naciones, que reúne pilotos de motos, circuitos y rallys, agrupados por países. Este fin de semana corrieron, entre otros, Nick Heidfeld, Fernando Alonso, Carlos Checa, Marco Melandri y Cristiano Da Matta.