Mordieron la manzana

Antonio Franco y su junta son víctimas de los atropellos cometidos por sus antecesores. Malaquías del Pozo, vicepresidente de Caja Segovia, usurpó la presidencia de la Liga Nacional cuando el anterior presidente, Yeyo, se fue. Del Pozo era un simple asesor y por arte de magia apareció como cabeza visible de la Liga. Del Pozo fue un oligarca peligroso para los intereses asociativos. Vació de contenido los derechos adquiridos por la Liga y se los regaló a la Federación de Fútbol. No contento con esto, convirtió un acuerdo económico de 105 millones de pesetas en un crédito a devolver en tres temporadas, cuando se trataba de promocionar el fútbol sala.

Y como colofón a tan brillante actuación, cambió los estatutos. Muchos dicen que los diseñó para él y de ahí que se quedara fuera del Consejo una vez que los clubes se dieron cuenta de lo que quería. Por todo ello, estos dirigentes son víctimas de la etapa anterior, y de un sistema de gobierno malo que no han asimilado por dar gusto a sus clubes y algunos, así mismos.

Han alimentado el escándalo cuando sabían que no debían morder la manzana. Franco, Santos, García y Pizarro la mordieron y sus compañeros les abandonaron en mitad de la batalla, pero ninguno puede ya tirar la piedra y esconder la mano.