El binomio de Juande empieza a funcionar

Ojo. Ojito con el Espanyol de Juande. Juegan un rato. Hay seguridad en la portería, consistencia en la defensa, clase en el centro del campo y dinamita, pura dinamita, en el ataque. Muchos de ustedes pensarán o dirán que sí, que el Peralada es un equipo de Tercera División, y que también lo era el Palafrugell, conjunto que derrotó con todo merecimiento a los pericos el miércoles.

Y digo lo de dinamita porque Savo Milosevic y Raúl Tamudo tienen pólvora fresca en sus botas. El león de Santa Coloma se quedó sin marcar, pero fue el complemento ideal para que el yugoslavo comenzara a destapar su tarro de las esencias. Combinaron de primeras, cambiaron su posición constantemente, se entendieron a la perfección y facilitaron que los hombres que llegaban desde atrás, caso de Roger y Maxi, también probaran fortuna. El argentino se quedó a las puertas dos veces, pero el vallesano, con una zurda de oro, coló otras tantas el esférico en la portería de Padern. Uno después de una excepcional combinación entre Savo y Raúl, y el segundo con una elegante y precisa vaselina. Con estos dos tantos, el equipo rompía la ansiedad de marcar los primeros goles de la pretemporada.

Golazos

Pero lo bueno estaba por llegar. Milosevic agarró el balón en la línea de medios, avanzó, se metió en el área, superó al portero, se escoró, quiebro a uno, quiebro a dos y, a contrapie, ¡pum!, para dentro. El estadio ovacionó al serbio, que antes ya había demostrado de lo que era capaz de hacer técnicamente con el balón en los pies.

Pero no fue menos el cuarto, obra de Álex Fernández. El gerundense controló un balón muerto en el centro del campo, levantó la cabeza, miró y con un toque perfecto y precioso introdujo el cuero en el fondo de la portería. Fue justo, ya que en la segunda parte el 4-2-3-1 que probó Juande trabajó a destajo, aunque sin fortuna adelante. No fue un examen, pero sí un control. Hay ganas de comenzar, pero deben seguir trabajando como hasta ahora. El equipo de Juande sí que ilusiona.