Curro Torres pasa de apedreado a héroe

Hay retornos y, como diría el célebre grupo cómico ya disuelto Martes y Trece, reton-nos. El del seleccionado por Camacho Curro Torres a Huelva, por ejemplo, se parece más a lo segundo. Es decir, su vuelta es lo menos parecido un regreso, porque sus circunstancias, su espíritu y, sobre todo, el recibimiento que ha tenido en la ciudad onubense son muy distintos a los que se llevó cuando huyó de ella.

Sí, porque Curro Torres estuvo, jugó y tuvo que escapar de Huelva. Fue hace dos años, con el Recreativo, por supuesto. Allí llegó el lateral diestro, cedido por el Valencia y con una opción de compra, para ser uno de los mejores jugadores blanquiazules en una temporada que acabó en descenso... Y casi desastre. Fue una tarde de junio de 1999, un Recre-Elche que acabó con una derrota local que significaba la caída a Segunda B. Nada más terminar el partido, los aficionados onubenses la tomaron con los jugadores (sobre todo los que estaban sobre el césped), los amenazaron, apedrearon e incluso siguieron hasta sus casas. Cristobal Emilio Torres, al que no le viene el apodo de Curro porque estuviera a punto de ser currado, prefiere no recordar aquel episodio. "Suele ocurrir en el fútbol. La afición del Recre es fiel y apasionada y hay que olvidarse de aquello". Lo pasó mal para escapar de la quema.

Después llegaría el Tenerife, el ascenso a Primera en la Isla con Rafa Benítez y la vuelta a un equipo, el Valencia, que lo ha tenido deambulando por el Sur hasta esta misma temporada. Benítez lo ha recuperado para el buen fútbol y lo ha elevado al estrellato hasta llegar a la cima: la Selección. Huelva quedaba lejos en la mente, pero Curro Torres es un hijo pródigo que salió como villano, por piernas, y ha llegado como héroe debido a sus buenas piernas de lateral derecho. "Estoy feliz en esta ciudad, porque tengo muchos amigos de cuando jugué en el Recre, y la gente me ha recibido bastante bien. Es bueno que la Selección acuda a sitios como éste, donde se vive mucho el fútbol". Y tanto que se vive. Tanto como para que Curro pase de villano a héroe.