Tres pilotos excluidos echan aceite en una curva

La polémica en el Rally de Santander no acabó con la exclusión de cinco pilotos que habían infringido el reglamento en los reconocimientos. Tres de los descalificados, Joaquín González y sus hijos Alberto y Joaquín, participantes en la Copa Seat Ibiza, vertieron aceite en una curva de la segunda especial, obligando a la organización a suspender por precaución los cinco últimos tramos de la prueba.

Y, tras una espectacular persecución, fueron detenidos por la Guardia Civil. La detención se produjo gracias a un dispositivo de la organización después de que se encontraran algunas manchas en la primera jornada. Se puso un coche cero adicional para pillarles.

Precisamente las miradas culpaban hacia esta ejemplar familia de otro boicot sucedido en el Rally de Cádiz a varios vehículos, y del incendio provocado en la nave del preparador Gargo Sport. Pero no había pruebas, y hasta ahora que han sido pillados con las manos en la masa no se les podía hacer nada. Ahora será la justicia la que determine su castigo, que debería ser ejemplar ya que han atentado contra las vidas de los participantes.

Salvador Cañellas logró el triunfo y se ha asegurado matemáticamente el subcampeonato, y Dani Solá fue segundo y se ha asegurado la tercera plaza y el primer puesto en la categoría F-3.