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Primera | Mallorca-Alavés

Una promesa de buen fútbol en Son Moix

Mallorca y Alavés ya jugaron un gran partido en enero

Actualizado a
GRAN PARTIDO. Mallorca y Alavés deleitaron con un gran encuentro el pasado enero.
AS

Mallorca-Alavés, vuelve el fútbol. Vuelven dos equipos en estado de gracia casi permanente en los últimos tiempos, una promesa de fútbol a la vez equilibrado, a la vez ganador, fresco y vibrante. De un lado, el EuroMallorca, eufórico tras comenzar su andadura en la Champions de la mejor manera posible, derrotando al Arsenal. De otro, el mejor Alavés. El equipo de Mané ya no está de moda, imprime modas, y puede encaramarse al liderato de Primera (algo que no ocurre desde 1930) si impone su carácter en la tarde noche de Son Moix.

Y qué tarde noche puede ser ésta. A la retina, y al alma futbolera, aún le quedan convulsiones de placer desde el último encuentro entre mallorquines y alavesistas, en enero de este mismo año.

Ibagaza y Javi Moreno, bigoleadores y protagonistas de aquel espléndido 4-3, no estarán esta noche, aunque por diferentes razones. Mientras al Caño se la jugaron los músculos contra el Arsenal y queda fuera de la circulación para al menos seis semanas, lo de Javi, embarcado en una aventura de color rossonero, es permanente, de momento...

Tampoco estará Luis en el banquillo local, ni Tomic en el centro del campo blanquiazul y algunos otros... Pero las fiestas no las hacen las ausencias, sino las presencias. Mortífera es, por ejemplo, la de Samuel Etoo y Rubén Navarro, dos formas opuestas de entender el área. El camerunés, desde la velocidad y la potencia; el catalán, con oportunismo. Coinciden en la meta, o más bien, en perforar la meta.

Coinciden también Krauss, que ha decidido aprovechar la herencia de Luis, y Mané. Ambos manejan el mismo diccionario pizarra-césped césped-pizarra: Presión asfixiante, contragolpe rápido y equilibrio entre líneas. Y lo bueno, les sale bien.

Como les salió a Mallorca y Alavés en enero, porque recordar aquel 4-3, aunque dos veces en la misma previa, no es ningún pecado. Aquella tarde fue un templo de redención para muchos futbolfóbicos. Por cierto, ¿Tienen alguno en casa? Pues pónganle el partido de esta noche. Si el espectáculo es sólo la mitad de bueno que el de hace ocho meses, no tardará en comprarse una balón y una bufanda.