PARÍS 2024 | BOXEO

El oro de la polémica: Khelif se corona en una Chatrier argelina

La boxeadora, tras todo el ruido sobre su participación en los Juegos, se proclama campeona olímpica ante un público repleto de compatriotas.

París
Peter CziborraREUTERS

Roland Garros fue Argelia. Otra vez. Camino de la Philipe Chatrier, los colores de la bandera, blanca y verde, lo inundaban todo. Dentro, cuando Imane Khelif saltó al cuadrilátero, los decibelios se dispararon. “¡Imane, Imane, Imane!”, atronó antes de que sonara la campana. Y Khelif no falló. Después de vencer por decisión unánime a la china Liu Yang, que partía como segunda cabeza de serie (Imane, como quinta), la púgil árabe se proclamó campeona olímpica. El oro de la polémica. Una medalla sobre la que, sin que nadie contara con ello, han corrido ríos de tinta. Opiniones de todos los colores. Comentarios. Informaciones confusas. Lágrimas. De todo. Seguramente, se seguirá hablando de ello. Cuando el árbitro levantó su brazo, sin embargo, lo extradeportivo pasó a un segundo plano. Sólo estaban Khelif y su gente. Y lo celebraron a lo grande.

A diferencia de lo que había pasado con su victoria en cuartos de final, tras la que rompió a llorar, Khelif celebró de forma eufórica. Saltando de alegría. Su entrenador, Mohamed Al-Shawa, con el que se había abrazado, se la subió a hombros y dieron una vuelta alrededor de todo el cuadrilátero. Por los altavoces, para acompañar la fiesta argelina, sonó música árabe. Los presentes corearon y, de nuevo, se fundieron en un “¡Imane, Imane, Imane!”. Antes de ello, la púgil dominó a Liu Yang sin contemplaciones. Era la rival más fuerte contra la que se había enfrentado hasta el momento, pero, como con todas las anteriores, no tuvo ningún tipo de problema. Arrolló en el primer, en el segundo y en el tercer asalto. Todo 10 en las cartulinas de los jueces. Todo, después de la gran polémica de estos Juegos.

Las gradas argelinas de la Philipe Chatrier. MOHD RASFANAFP

El origen se sitúa en la descalificación tanto de Khelif como de Lin Yu-Ting (-57 kg), que combate este sábado por el oro (21:30), de los Mundiales del año pasado por “tener ventajas competitivas sobre otras competidoras femeninas”. Según apuntan varios medios, porque los informes oficiales nunca se han visto, la Asociación Internacional de Boxeo (IBA) basó su decisión en unos niveles muy altos de testosterona y la presencia de los cromosomas ‘masculinos’ XY en ambas púgiles (aunque con órganos reproductores femeninos, lo que se conoce como intersexualidad). Para la IBA, que no organiza el torneo olímpico, motivos para negarles la participación en sus competiciones; para el COI, “una discriminación” de la Internacional.

En los Juegos, el detonante fue la escena vivida en el combate entre Khelif y la italiana Angela Carini, que se retiró a los 46 segundos de empezar a pelear por sentir “mucho dolo” tras recibir los golpes de la argelina. “Preferí parar por mi salud. Nunca había sentido un puñetazo como este”, expresó la púgil transalpina. Desde entonces, muchas cosas han ido cambiando, en una y otra dirección. Tras toda la polvareda levantada, la propia Carini terminó pidiendo perdón a Imane. En este tiempo, muchas otras voces han salido en defensa de la argelina. “Mi hija es una niña, fue criada como una niña. Es una niña fuerte, la eduqué para que trabajase y fuese valiente”, le defendió su padre, Omar, que ya vaticinó la victoria. “Mi hija ganará y responderá a los enemigos de dios”, dijo. Y Khelif respondió en el ring.

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