Del abandono al kata 'de altura' con Jesús del Moral
El seleccionador asumió el cargo en 2016 y ha introducido concentraciones en altura, sesiones de hipoxia de hasta 5.800 metros y mejorado la parte atlética.
'Hoy vencí a mi yo de ayer'. Es la frase que preside el tatami del CAR de Madrid. La que mandó escribir Jesús del Moral cuando asumió el cargo de seleccionador de katas en 2015. El esfuerzo no se negocia. Hasta entonces, la Federación no se preocupaba de la modalidad. ¿Para qué emplear recursos en unos deportistas que no pelean y sólo deben repetir unas formas? Quintero se entrenaba solo en el CAR.
Del Moral, con el horizonte de los Juegos, tomó ejemplo de las planificaciones de la gimnasia o el taekwondo y profesionalizó la estructura y el entrenamiento. "Es un revolucionario, un crack y un maquinón", le define Quintero. Sandra Sánchez, con quien está casado desde hace cinco años, cree que el utrerano tiene "un don para saber qué necesita cada uno".
El kata es técnica, estudio, pero también físico porque la parte atlética representa un 30% de la nota. Para potenciarla, Del Moral introdujo concentraciones en altura en Sierra Nevada y utiliza aparatos de hipoxia en Madrid para simular altitudes de hasta 5.800 metros. "Me fijé en los piragüistas, que también hacen un trabajo explosivo", cuenta Del Moral, que fue 'chupando' de todas las salas de la Blume. Con la hiperoxia (déficit de oxígeno) mejoran la recuperación. Los vídeos de las sesiones físicas que se pueden ver en las redes son también más propios de karatecas de combate que de katas. En los tres minutos que dura un kata hay un trabajo anaeróbico importante y es fundamental controlar la respiración. El trabajo con el psicólogo Pablo del Río también ha sido fundamental. Del kata amateur se ha pasado al kata profesional que vale dos medallas en unos Juegos.