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KÁRATE

Un kata de altura

Sandra Sánchez y Damián Quintero simulan altitudes de hasta 5.800 metros para ganar en resistencia y concentración. Este fin de semana, Premier en Madrid.

Madrid
Damián Quintero, durante una de las sesiones en la Blume.
Twitter Damián Quintero

Desde este viernes y hasta el domingo, en el Madrid Arena, se celebra la última prueba de la Premier League de kárate. En ella, Sandra Sánchez puede abrochar el título de campeona mundial del circuito y Damián Quintero, el billete olímpico para Tokio que ya tiene la talaverana. Jesús del Moral, su técnico, les presenta con un plus que puede parecer extraño para una modalidad que se basa en la repetición de formas, sin enfrentamiento directo con un contrincante: el entrenamiento en altitud.

"Cualquier cosa que te haga subir tu rendimiento un 0,01% es bueno. El kata más largo puede estar en torno a los tres minutos. Es muy exigente aunque no sea largo. Y anaeróbico. Nos ayuda para resistir mucho más y no sufrir un bajón al final", explica Damián.

"Yo intento aprender de todos y sacar provecho por mínimo que sea. Y en esto me fijé en los piragüistas, que también utilizan hipoxia y su trabajo es igualmente explosivo", revela Del Moral, una esponja que ha absorbido de todas las salas de la Blume para innovar en el kárate, deporte tradicional que hace su debut en Tokio 2020.

La hipoxia intermitente, que apareció a finales de los noventa en Nueva Zelanda para tratar el asma, se ha extendido al deporte. Al someter al organismo a alturas extremas, estimula un factor genético (HIF-1) relacionado con la resistencia.

Alberto García es director técnico de iAltitude, una empresa cien por cien española que ha llevado este método al piragüismo, triatlón, baloncesto, rugby e incluso trabaja con futbolistas de LaLiga. "Con Sandra y Damián llegamos a simular 5.800 metros de altitud. La idea es mejorar la capacidad de concentración, de realizar ejercicios técnicos finos porque aumenta la concentración y la recuperación general", cuenta. Trabajan en sesiones hipoxia (déficit de oxígeno) e hiperoxia (exceso) para ganar también en capacidad de recuperación. Unas tres por semana de una hora. Antes de los Juegos de Tokio las realizarán, incluso, en movimiento, cargando el aparato en mochilas.

"Con el método de iAltitude, a través del análisis del pulsioxímetro que llevan en el dedo o la oreja, analizamos con un sistema de inteligencia artificial la adaptación que están teniendo prácticamente en cada segundo tanto el corazón como la frecuencia respiratoria o la variabilidad cardiaca", añade García.

"La hipoxia te aporta mejoras en muchos aspectos. Yo, por ejemplo, soy asmática y me viene bien como recuperación y para evitar crisis inducidas por el ejercicio. Puedo aguantar más. También te sirve de recuperación en competiciones entre katas", refiere Sandra, que como Damián será candidata al oro en el Budokan de Tokio en verano. Allí podrán en juego un kata de altura.