Francia y lo imposible
Los de Collet, que han ganado los dos últimos partidos oficiales al Team USA, persiguen su primer oro olímpico. Durant quiere colgarse el tercero.
Para toda Francia, Nicolas Batum todavía está suspendido en el aire taponando ese balón de Prepelic. De momento, junto a la puesta en escena de Doncic el primer día ante Argentina y las despedidas de Gasol y Scola, es la imagen del torneo de baloncesto en Tokio 2020. En Francia, todos sueñan con que ese salto de Batum se prolongue, llegue al cielo, y la selección de Vincent Collet logre lo imposible en la madrugada del viernes al sábado (4:30 horas): ganar tres veces consecutivas a Estados Unidos en torneo oficial y colgarse el primer oro olímpico de su historia. Francia mandó de vuelta a casa a Estados Unidos en Dongguan en el Mundial de 2019 de China sin aparentes dificultades (89-79), con 22 puntos de Fournier y 21 puntos y 16 rebotes de Gobert. En la primera jornada de la fase de grupos de los Juegos, Fournier (28) y Gobert (14+9) repitieron actuación... Francia está iluminada, pero es difícil pensar que eso será suficiente ahora.
Porque son grandes números, pero el Team USA ha llegado a tiempo a Saitama. Y ya sí se siente en una misión. No sólo tiene que vengar las dos últimas derrotas ante Francia. También limpiar su nombre en Japón, donde en el Mundial de 2006 cayó en la semifinal de manera sorprendente ante Grecia pese a llevar ya de nuevo un equipo de campanillas después del fiasco de Atenas en 2004.
Da la sensación de que los chicos de Popovich, que llegaron entre dudas y casi malhumorados a Japón por la extraña concentración de Las Vegas, han terminado por entenderse. "Jugamos contra países que repiten equipo año tras año, con jugadores que se conocen y están en todos los grandes campeonatos. Nosotros nos juntamos por primera vez e intentamos hacer un equipo en el menor tiempo posible. Lo estamos consiguiendo", dijo Lillard después de la semifinal contra Australia.
Popovich, Kerr, todo el Team USA es consciente de que esa es su desventaja cada verano. Tener que vertebrar en tiempo récord selecciones que, un año tras otro, son nuevas. Esta, sin embargo, tiene una bandera a la que agarrarse. "Es nuestro líder al 100%. No sólo dentro, también fuera", define Devin Booker a Kevin Durant. A sus 33 años, el jugador de Washington se ha echado al Team USA a la espalda en los dos ratitos de apuro que tuvo contra España (29-39) y Australia (26-41). Se ha exhibido y ha encontrado el camino. Fino como la seda, Durant persigue su tercer oro consecutivo, lo que le convertiría en una leyenda de los Juegos Olímpicos puesto que sólo Carmelo ha llegado a esa cifra. Y abriría la puerta a su participación en París, que esta vez sólo está a tres años vista...
Las apuestas están volcadas a favor de Estados Unidos, que cada vez que ha querido pegar un pisotón en el acelerador, lo ha hecho. Francia necesita, por tercera vez, el partido perfecto. Que además de Fournier y Gobert, De Colo esté al nivel de la semifinal. Y que Luwawu, ese jugador casi anónimo que empezó a romper a Eslovenia con su triple decisivo en el último minuto, aparezca también en la final. La noche va a ser larga en Francia este viernes... Veremos si, como avanzó Scariolo, el oro estaba reservado para Estados Unidos.